Internet
Cinco siglos han pasado desde que Cristóbal Colón llegó a América y todavía ésta mantiene su lucha de manera incesante por mantener su soberanía e independencia de los imperios europeos y estadounidenses; hoy en día vemos como España, Reino Unido y EEUU siguen en sus pretensiones coloniales de robo de riquezas y territorio a nuestros Pueblos; por lo que, nuevamente, la Patria nos llama a defender nuestra soberanía.
Si revisamos la soberanía como concepto, encontramos que es una práctica democrática en la se concede el poder de su territorio a la población, la cual aplica dicho poder a través de la delegación en órganos e instituciones de representación.
Ahora, el ejercicio de la soberanía en la República Bolivariana de Venezuela es participativa y protagónica, pues tal y como lo expresa su Constitución, ofrece el pleno poder a los ciudadanos del país, y de esta manera la población está a cargo de la toma de decisiones y la composición de los órganos de poder, con cierto grado voluntario de representación.
Esto lo podemos revisar en su artículo 5, que reza: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.
De acuerdo a esto, la soberanía se refiere al ejercicio de la autoridad en cierto territorio y esta autoridad recae en el pueblo y aunque la gente no realiza un ejercicio directo de la misma, sino que delega dicho poder en sus representantes, es un poder de competencia total. Este principio señala que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es el fundamento o la base principal de nuestro ordenamiento jurídico, por lo que no existe norma que esté por encima de ésta.
Sin embargo, la insistencia de los imperios por ocuparnos pretende violar no sólo la norma jurídica interna, sino también el derecho internacional; no es sólo con nuestro país, tenemos un ejemplo cercano con el caso de las islas Malvinas en Argentina, la cual la Corona Británica lleva 190 años ocupando de manera ilegal.
Y ante este caso, el comportamiento de los organismos internacionales ha sido igual de débil respecto a los intereses de los Pueblos, pues la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hasta ahora, sólo invita a solucionar la controversia sin otras acciones que permitan ponerle fin a la ocupación.
Ahora bien, durante la revisión de los conceptos de soberanía e independencia, y la necesidad de que éstas sean protegidas por el Pueblo, traemos al pensador Emmanuel Joseph Sieyès, conocido como el Conde de Sieyès (1748-1836), quien fue uno de los inspiradores de la Revolución Francesa y que puso especial atención a los problemas sociales de su tiempo y explicó que “El pueblo tiene dos dimensiones: Es, por un lado, la agregación de todos y cada uno de los individuos de una sociedad, lo que constituye, en suma, nada más que un conjunto de individuos, pero cuando ese conjunto de individuos (el pueblo) tiene una unidad política, ya no puede hablarse de pueblo sin más, sino que debe hablarse de pueblo como comunidad política”.
De esta manera, visto entonces como comunidad política, la atribución de la titularidad de la soberanía reside en el pueblo y en quien éste elija o designe para su defensa.
Más adelante Sieyès añade que “por otro lado debe abordarse ¿qué es el pueblo como comunidad política? Será entonces decisión del pueblo conformar una unidad política que debe ir acompañada del hecho de formar una unidad cultural. Lo que caracteriza al pueblo como unidad política es el vínculo que se sostiene en la decisión común de vivir juntos y formar parte tanto en los éxitos y beneficios, como en las responsabilidades y fracasos de la construcción de su democracia”.
Es entonces como vemos la comunidad política como una unidad, que no es algo distinto al pueblo, es el pueblo mismo en su unidad política; Sieyès explicó esto mediante una analogía: “la orquesta es un conjunto de músicos, los músicos agregados hacen un conjunto de músicos, sólo la voluntad de los músicos de permanecer y actuar con unidad hace que puedan conformar una orquesta”.
Es entonces como en palabras de Sieyès se puede explicar que «no importa la forma en que la nación quiera; basta que quiera, todas las formas son buenas», el Pueblo venezolano concebido como una comunidad política, el pasado 03 de diciembre en el ejercicio de su soberanía y participó en un Referendo Consultivo para manifestar su posición, a través del voto, respecto a las acciones a tomar para la solución temprana de la disputa y recuperación de la Guayana Esequiba.
Debido a la aceptación del 97% de las propuestas previstas en el referendo, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció nueve acciones estratégicas para ejecutar las decisiones aprobadas por el pueblo venezolano en defensa de los derechos históricos sobre el Esequibo.
Entre las decisiones tomadas, se encuentra la activación del debate en la Asamblea Nacional (AN) de la Ley Orgánica por la Defensa de la Guayana Esequiba para su discusión y aprobación como instrumento legal que permita la creación del nuevo estado y la ejecución de las acciones aprobadas por el pueblo en el referéndum consultivo del pasado domingo.
Así, en palabras del diputado Diosdado Cabello el pasado martes 05 de diciembre en la Asamblea Nacional durante el desarrollo de la exposición de motivos del proyecto de la Ley, reiteró que “nosotros no estamos declarando la guerra a nadie, pero lo hemos dicho una y mil veces y estamos actuando de acuerdo a la Ley y a nuestra Constitución para garantizar que de nuestro territorio, nadie nos va a arrebatar ni un centímetro, ni medio centímetro siquiera”.
Es por esto que se puede afirmar que el principio de la soberanía es que ésta le pertenece al pueblo. El pueblo en su unidad, es quien la ejerce, siendo entonces una comunidad política que decidió forjar su propio destino.