El debate está abierto y ha llegado a la actualidad. Sobre todo en Madrid, estamos asistiendo a una polémica acerca de la conveniencia de ir eliminando progresivamente el tráfico motorizado en la ciudad.
No cabe duda de que el automóvil particular es responsable de un alto porcentaje de la contaminación de las ciudades y que su uso debe restringirse en favor de una movilidad sostenible que acabe con esta lacra que genera muchos gastos económicos y se cobra muchas vidas.
Todas las ciudades se han puesto manos a la obra para buscar soluciones a la contaminación de su aire.
Londres fue una de las primeras en tomar medidas: llegar en coche al centro cuesta catorce euros de peaje, el tráfico motorizado se redujo considerablemente y el uso de la bicicleta en el centro aumento de forma exponencial.
Por su parte París, de la mano de su alcaldesa Anne Hidalgo, está preparando planes de gran ambición con vistas a hacer de la capital parisina un lugar donde respirar no conlleve riesgos para la salud.
Eliminar el automóvil del centro de las ciudades es, además de una medida medioambiental y sanitaria, una forma de ganar espacio público para el ciudadano (peatones, ciclistas y formas de movilidad suave).
Según Anne Hidalgo, la urgencia medioambiental y el desafío de la transcición ecológica hacia modelos más sostenibles están en juego y no hay tiempo que perder.
Anne Hidalgo ha declarado la guerra al automóvil y sus medidas revelan una enorme ambición por resolver un asunto que preocupa y mucho en todo el mundo.
Hidalgo pretende peatonalizar parte del centro de París y dividir entre tres la presencia del automóvil particular y contaminante en la capital francesa.
Se prevé la puesta en circulación en 2018 de un autobús eléctrico que cubra el margen derecho del Sena y circule en ambos sentidos. Este autobús transportará varios miles de pasajeros al día. La idea es ir poco a poco eliminando tráfico del centro hasta lograr que sea sólo peatonal y que permita el acceso a los vecinos, a la policía y a quienes lo necesiten por trabajo.
También se prohibirá la circulación a vehículos diesel hasta 2020.
En 15 años París ha reducido un 30% el tráfico motorizado de sus calles. Los parisinos utilizan cada vez más el transporte público. Sin embargo, en la periferia de la ciudad, el tráfico sigue generando una contaminación crónica cuyos efectos negativos sobre la salud están sobradamente probados.
Sólo en Francia, la mala calidad del aire es responsable de 48.000 muertes prematuras cada año.
A Hidalgo, de ascendencia española, La inspiración seguramente le venga del norte, donde tanto en lHolanda como en los países nórdicos hace más de 40 años que siguen una política de privilegio para las bicicletas, que hoy en día representan del 30 al 50% de todos los desplazamientos y donde el automóvil es ya algo residual.
París y muchas otras ciudades en las que hay que incluir a Madrid, adecuaron sus infraestructuras y su ordenamiento urbano para favorecer el tránsito de vehículos motorizados. Este error nos ha llevado a escenarios como los actuales en los que los picos de contaminación, especialmente en ausencia de lluvia, no paran de alcanzarse prácticamente a diario.
Es necesario y obligatorio reducir la presencia de motores contaminantes de las ciudades, pero el asunto de la contaminación alcanza también a la industria, cuyos métodos de producción deberían revisarse para que las emisiones se reduzcan de forma significativa.
En muchas ciudades el tráfico automóvil sólo es responsable de un 20% del total de la contaminación y el resto es debido a las emisiones de la industria.
Empresas y particulares deben iniciar una transición hacia formas de producción y movilidad sostenibles, es un reto que se debe cumplir ya que está en juego la salud pública y la del planeta.
La fatalidad del aire contaminado.
El debate está servido en todo el mundo, la cuestión de la calidad del aire ha emergido a la actualidad y las soluciones comienzan a aflorar:
- Adaptar las normas europeas en materia de emisiones de vehículos.
- Ayudas económicas para la compra de vehículos limpios (eléctricos e híbridos).
- Prohibición de circulación de vehículos especialmente contaminantes por el centro de ciudades (los automóviles están obligados a partir de enero de 2017 a llevar una pegatina que indica en nivel de contaminación del automóvil).
- Limitar la velocidad en núcleos urbanos.
- Reordenación de la circulación para evitar autopistas urbanas.
- Ayudas económicas para renovar los aparatos de calefacción antiguos.
Lamentablemente muchas de estas medidas tardan más de lo debido en aplicarse e incluso algunas se han suprimido debido a la presión de la industria automovilística ayudada por políticos cuyo interés por el bien común deja mucho que desear.
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