Revista Sociedad

La coordinación y las alfombras

Publicado el 28 febrero 2011 por Saludconcosas @manyez
La coordinación y las alfombras
Se nos llena la boca hablando de coordinación asistencial, de tender puentes que salven la brecha entre niveles (primaria y especializada), pero olvidamos la coordinación interna y los objetivos comunes. Y antes de coordinarnos con otros, debemos aprender a hacerlo con nosotros mismos.

Si tomamos una organización sanitaria como un hospital o un área sanitaria, es imposible que todo funcione de forma aceptable cuando cada jefe/coordinador dirige a su equipo en una dirección contraria a la de la institución y a la del resto de servicios/equipos. Hay ejemplos muy típicos, y más de uno conocerá otros de su propia organización. Aquí tenéis algunos.El servicio A solo piensa en crecer para poder quedarse con el residente que acaba este año y es capaz de inventarse una unidad hiperespecializada (que ya existe en el hospital de al lado) para justificar esa necesidad. El servicio B se centra en la alta tecnología y, como no tiene el último equipo que probó en la feria de Dusseldorf de hace unos meses, es capaz de disminuir la actividad solo como medida de presión. El servicio C ha logrado mantener su plantilla pese al descenso de actividad que ha sufrido, ya que muchas de sus tareas se han automatizado, así que prefiere no hablar ni quejarse mucho para que no le quiten a algún profesional (cosa que todo el hospital comenta y nadie dice en voz alta). 


También están los gestores, y los políticos, y las organizaciones diversas que pululan por el universo sanitario y que tienen intereses casi contrarios. Algún día nos daremos cuenta que la satisfacción completa no está garantizada en el sistema para nadie, y que el estado del bienestar NO empieza por uno mismo (como decía Luis Oteo).

En la teoría de la gestión empresarial, lo lógico es alinear los objetivos de todos los grupos internos, o al menos conseguir que estén interrelacionados. Pero cuando cada uno barre su dormitorio, resulta que el salón sigue sucio. Así que, antes de coordinar diferentes niveles, empecemos por lo que tenemos en casa: ¿has probado a levantar las "alfombras" de tu organización? 


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