La Copa del Rey

Es una fotografía de la copa del Rey, el trofeo que se disputarán el Fútbol Club Barcelona y el Atlético de Bilbao, dos equipos españoles, lo quieran o no, cuyas respectivas aficiones pretenden manifestarse previamente al encuentro, y por separado, a favor de la independencia de sus respectivos pueblos.

Entiendo la sensibilidad despertada por la confrontación de ideas, políticas y religiosas especialmente, pero no alcanzo a entender su extensión al deporte, especialmente en una competición en la que es absolutamente voluntario participar. Si no quieren ganar una copa que representa, en opinión de muchos de ellos, al estado opresor, la solución es bien sencilla: No participe vd. en la competición. Otro tanto sucede con la liga. Si el Sr. Laporta hubiese sido coherente consigo mismo, ni habría consumido Moet Chandon en sus celebraciones, ni habría dejado que su equipo jugase la liga de las estrellas, para centrarse en partidos más interesantes, como los que hubiese podido disputar el todopoderoso Barça contra el Granollers, que también cuenta con todos mis respetos. Ahora, los seguidores vascos y catalanes silbarán cuando se interprete el himno nacional español, que sigue siendo el suyo por más que pretendan empeñarse en lo contrario y abuchearán al monarca, que es igualmente el Jefe del Estado en el que viven, estudian, trabajan y mueren. En vez de llevar a cabo una protesta política coherente, se recurre a la descalificación, al insulto y a la violencia, si es necesario, cuando se podría evitar todo este embrollo en el modo que uno mismo propone en la entrada de hoy: Renuncie a disputar la copa que representa al estado opresor y demagógico que no conoce la verdadera democracia. No acudan vds. al estadio Santiago Bernabéu y limítense a quedarse en sus casas, escribiendo sus panfletos y soflamas, mientras disputan la competición otros equipos y otras aficiones que respeten el jugo, tanto el democrático como el del balompié. Se dará, en breve, la situación nunca vista en un campo de fútbol europeo: Aficionados de un país silbando y abucheando sus propias señas de identidad nacional.