Revista Diario

La copa menstrual: 10 ventajas, un inconveniente y varios prejuicios

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Hace ya más de un año que soy usuaria de la copa menstrual.

Si habéis leído mi experiencia con las copas menstruales de MeLuna y con la copa Lily Cup Compact, ya sabréis que estoy encantada con ellas.

La utilización de estas copas de silicona me parece toda una revolución por comodidad, practicidad e higiene.

En este tiempo no he dejado de recomendar las copas menstruales siempre que he tenido oportunidad. ¡Algo tan genial hay que compartirlo con otras mujeres!

De hecho, en los últimos meses he notado que ya no te miran tan raro cuando lo comentas. Cada vez son más las mujeres que han oído hablar de ellas. Quizá todavía no son de consumo masivo, pero empieza a notarse una cierta revolución silenciosa. Sospecho que es porque cuando la pruebas, funciona tan bien que no puedes evitar recomendárselo a todas las mujeres de tu entorno. Y poco a poco se corre la voz.

Sin embargo, aún hay muchos prejuicios. Y mucha gente que realmente no sabe qué es una copa menstrual, ni cómo se utiliza ni nada de nada.

Por eso he pensado que es interesante escribir sobre el tema más en profundidad.

10 ventajas de utilizar una copa menstrual

1.- Cero fugas

No sé vosotras, pero a mi la regla se me fugaba siempre.

He llegado a usar mega-compresas que casi parecían pañales. ¡Pero ni por esas! Por grande que fuera la compresa, siempre acababa con alguna mancha fuera de sitio. Y no sólo durante la noche, sino también durante el día.

Con el tampón exactamente igual. Todavía me acuerdo una de las últimas veces que usé uno. Estábamos en una piscina, me lo había puesto hacía muy poco rato y, sin embargo, empecé a notar cómo se salía… madre mía, menos mal que corrí a cambiarme. ¡Qué espectáculo camino a la habitación del hotel!

Como ya he contado alguna vez, desde que tuve al Peque los tampones me iban especialmente mal. Los notaba muchísimo y me molestaban incluso para sentarme. Tenía pérdidas, a veces me costaba sacarlos… Me iban tan mal que acabé usando compresas, incluso con el asco que me daba la sensación de estar mojada.

Todo esto se acaba usando una copa menstrual. Bien colocada (y es realmente fácil), la pérdida es igual a cero. ¿Os imagináis ir al baño durante la menstruación y sacar el papel siempre limpio? Es algo tan increíble que hay que vivirlo para creerlo.

Es que incluso estando colocada regulín regulán, como puede pasar las primeras veces, la pérdida es tan tan pequeña que no tiene ni punto de comparación con la que puedes liar con una compresa o un tampón que te abandonan en el momento más inoportuno.

2.- Se acabaron los malos olores

Algo que sorprende mucho cuando empiezas a usar una copa menstrual es darte cuenta de que la sangre recogida por la copa de silicona no huele absolutamente a nada.

No tiene nada que ver con tampones y desde luego nada que ver con compresas, que por mucho que hayan mejorado, no dejan de ser un pañal, con todos sus inconvenientes.

Una menstruación sin un sólo olor desagradable. A mi me parece alucinante.

3.- No notas que llevas nada puesto

Para mi esta es una de las principales ventajas de las copas menstruales.

Como os acabo de comentar, los tampones me iban fatal. Los notaba, me hacían daño, me molestaban casi hasta el punto de impedirme sentarme… Y las compresas me producían un asco… Muchos sabéis lo escrupulosa que soy, así que os podéis imaginar.

Pues bien, cuando llevas una copa menstrual no notas que llevas nada puesto.

Entiendo que cuesta creerlo porque a simple vista parece que son grandes y que es imposible que no se noten, pero os lo garantizo. Te la pones y ahí se queda.

Realmente tienes que hacer memoria de que tienes la regla. Entre que no la notas y no manchas… es lo más parecido a no tener la menstruación.

4.- No notas que cae la menstruación

Muy relacionado con lo anterior: con la copa menstrual no notas que cae la menstruación.

Eso de estar caminando o parada en un sitio y notar como va cayendo… A mi me ponía súper nerviosa. Sentía la necesidad de ir corriendo a mirar si estaba manchando o no, si se me estaba saliendo. Realmente nunca sabía cuándo tenía una fuga o cuándo no (ya os digo que mis fugas eran frecuentes).

Esa sensación tan desagradable de “goteo” se acaba con una cup de silicona médica porque simplemente no notas cuando va cayendo la regla.

Me parece la forma más cómoda de recoger la menstruación y, encima, de una forma natural.

5.- Puedes estar menos pendiente de vaciarla que con otros sistemas

Eligiendo bien la copa que necesitas, puedes estar muchísimas horas sin tener que vaciarla. El día entero.

Las copas menstruales tienen mucha más capacidad de lo que en un principio te pueda parecer. Tenemos la idea de que debemos cambiarnos cada muy poco tiempo porque los métodos que utilizábamos hasta ahora nos obligaban a ello… pero una copa bien colocada, de la talla adecuada, nos garantiza estar todo el día sin tener que vaciarla.

En mi caso, que normalmente tengo una regla no muy abundante, el primer día la cambio unas 2 veces, quizá 3 y los demás días cada 10-12 horas.

Con esto incluyo toda la noche. Normalmente la vacío sobre las 22h y paso con ella la noche entera hasta que la vuelvo a vaciar normalmente sobre las 09 h o las 10h. Vamos, es que me levanto y tranquilamente desayuno, hago las camas… Hasta que me acuerdo de que me meto en la ducha, que a veces pasa un rato. Podría olvidarme de vaciarla muy fácilmente.

Supongo que con esto entenderéis aún mejor que os diga que usar una copa menstrual es lo más parecido a no tener la regla.

¿Os imagináis poneros la copa de silicona a las 8 de la mañana y no acordaros de ella hasta las 10 de la noche? A mi me parece increíble.

6.- Realmente llegas a olvidarte de que tienes la regla

Resumiendo todo lo anterior:

Si con la copa menstrual no tienes pérdidas, no huele mal, no notas que la llevas puesta ni como cae la regla, sin duda puedes llegar a olvidarte de que tienes la regla. 

Yo el primer día suelo tener dolor de ovarios, de cabeza y muchas veces malestar. Pero en cuanto se me pasa, os aseguro que con la copa menstrual es que me olvido completamente.

7.- Higiene más sencilla

Este punto quizá sea el que más controversia genera. De hecho lo voy a tratar más adelante.

Cada cual tendrá su percepción personal, pero a mi la higiene me parece mucho más sencilla.

Por un lado, porque no tienes que estar cambiándote cada dos por tres.

Pero también porque al evitar las fugas me evito manchar la ropa constamente y el insoportable proceso de frotar y aplicar quitamanchas para sacarle las manchas de sangre. Esfuerzo que a menudo era inútil y me hacía tirar mucha ropa interior.

Además de todo esto, recordemos, cero olor.

Yo lo veo claro. La higiene femenina es más sencilla con una copa menstrual.

Es cierto que para meter y sacar la copa tienes que introducir los dedos en la vagina, pero es que yo con los tampones me manchaba igual, sobre todo en la maniobra de meterlos, que me resultaba muy complicada.

La copa se mete doblándola y luego introduciéndola en la vagina. Con los dedos nos aseguramos de que está bien desplegada, para que sus paredes toquen la vagina e impidan que escurra nada. Y listo.

Para sacarla simplemente pellizcamos un poco la base y ya podremos deslizarla hacia fuera. Como se saca de pie, no se vuelca, no se sale nada.

Vuelcas el contenido donde mejor te pille, la enjuagas un poco y listo. Si queréis puedo dedicarle un post a su utilización más adelante.

8.- Es el método para recoger la menstruación más económico

Ya ni recuerdo de cuánto cuestan las compresas o tampones, pero baratos no eran. Y para lo mal que me iban, desde luego que salían caros.

Con la copa menstrual haces un único desembolso y te olvidas.

Las copas menstruales están entre unos 15-30 euros, un importe que en 2-3 ciclos menstruales las tienes más que amortizadas.

¡Y ten en cuenta que tienen una vida útil de varios años!

9.- La copa menstrual es más ecológica que compresas o tampones

Si te preocupa no generar residuos y cuidar el medio ambiente, la copa menstrual es una forma de recoger tu menstruación que no genera ninguno ya que la reutilizas ciclo tras ciclo.

Simplemente hay que lavarla y esterilizarla antes y después de cada ciclo menstrual y ya la tienes lista para volver a utilizar.

Un inconveniente (relativo) de las copas menstruales

Aunque yo estoy encantada con las copas menstruales y me cuesta sacarle defectos, sí que hay un inconveniente que quizá puedan tener: cambiárnosla en un sitio público.

En mi experiencia, sólo una vez he tenido la necesidad de cambiarla fuera de casa. Como os comentaba antes, no suelo tener reglas abundantes. Por ello, el primer día sí que la cambio a lo mejor cada 4-5 horas, pero el resto de los días me la pongo por la mañana y me olvido hasta la noche. Como no suelo pasar tantas horas fuera de casa, no suelo tener tampoco la necesidad de vaciar la copa menstrual en un baño público.

En cualquier caso, yo apenas me mancho al cambiarla.

Para sacarla, simplemente pellizcas un poco la base (que no está sucia, está a la entrada de la vagina) y tiras. La copa la sacas de pie de modo que no se vuelca ni se sale. Con cuidadito tiras la sangre al wáter y listo, ya te la puedes volver a poner. Yo en casa la enjuago en el bidé o en el lavabo, pero tampoco es imprescindible ya que al estar hecha de silicona, la sangre se escurre y apenas queda manchada.

Siempre te manchas un poco los dedos, no voy a decir lo contrario. Más que nada en el proceso de volverla a meter.

Pero creo que tiene fácil solución con una toallita húmeda, que yo al menos con dos peques siempre llevo en el bolso un paquete.

Mucha gente me comenta que si se la cambian en el trabajo, se llevan una pequeña botellita de agua al baño y con eso lo solucionan. Pero ya os digo que como duran todo el día puestas, creo que podrían aguantar perfectamente una jornada laboral completa sin necesidad de usar el baño de la empresa.

Personalmente no me parece un gran problema de las copas menstruales esto de vaciarla fuera de casa. Lo veo más como un inconveniente relativo. Depende mucho de dónde tengamos que cambiarnos y nuestros gustos personales.

Copas menstruales: desmontando prejuicios

Creo que todavía existen muchos prejuicios en torno a las copas menstruales.

En torno a la menstruación en si.

Se asocia con algo feo, sucio, asqueroso. Dicen que la copa es una guarrería.

Parece que manipularse por ahí abajo no es algo limpio ni puede ser agradable.

Pero la menstruación está ahí y de alguna forma hay que recogerla.

Cuando usas una copa menstrual te das cuenta de que la sangre es sangre y nada más.

La sangre no huele a nada.

Cuando la sacas, no parece la matanza de Texas.

La sangre recogida en la copa menstrual no resulta complicada de gestionar. Al contrario, su manejo diario es mucho más sencillo que otros métodos.

No genera un problema de limpieza ya que su material de silicona hace que la sangre resbale completamente.

Es muy sencillo lavarla y basta con esterilizarla para poderla usar de nuevo el siguiente ciclo menstrual.

En definitiva, aquí tenéis a una fan declarada de las copas menstruales.

Hasta la fecha, el mejor método que he probado para recoger la menstruación.


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