Revista En Femenino

La copa menstrual: una copa muy íntima

Por Roland
Texto: Laura Donaire, redactora jefe de la revista “Sexologies” 


La copa menstrual: una copa muy íntima
Mientras muchos ginecólogos y ginecólogas coinciden en sus múltiples ventajas, hay quien incluso augura que se convertirá en la revolución femenina del siglo XXI. Pero, aunque nació hace casi ochenta años, ínfimo es todavía el conocimiento que se tiene sobre ella. La copa menstrual (mas información: www.cosmetica-sensual.com) es un método para recoger la regla que se diferencia de los tampones y compresas, básicamente, por su reutilización. Libertad, economía y salud íntima son los conceptos que la acompañan, pero, ¿por qué todavía no se utiliza? 


La copa: reutilizable, sostenible y económica
No hay apenas publicidad sobre ella y son pocas las mujeres que han oído hablar de su existencia. En general, se desconoce su historia, su naturaleza y su utilización, mientras que las actitudes mayoritarias son escépticas o indiferentes a su introducción en el uso femenino. Se trata de la copa menstrual, un recipiente de un elastómero termoplástico, (la marca alemana Meluna; para más información: www.cosmetica-sensual.com) destinado a recoger la sangre que se expulsa durante los días de regla. Al contrario que los tampones o las compresas, su funcionamiento se basa en el vaciado de su interior, una vez está lleno, en su limpieza y en su posterior uso. Es decir, se trata de un producto reutilizable y, consecuentemente, sostenible con el medio ambiente.


¡Hasta 10 horas dentro!
El nombre de copa menstrual responde a la forma que presenta externamente el producto: un pequeño embudo (acabado en punta o en anillo) que está cerrado en su parte más estrecha. En su interior se almacena la sangre que resulta de la previa ovulación, la que habrá que limpiar, una vez esté lleno el recipiente. Su introducción en la vagina es similar al de un tampón, aunque se necesita una mayor participación y contacto con los dedos, para asegurar su correcta colocación. Lo recomendable es extraerla como máximo cada 2 horas -en función de la cantidad de regla de cada mujer se puede dejar hasta 10 horas-, vaciarla en el lavabo o en el lavamanos, limpiarla con agua y volver a introducirla, de nuevo. 

Llevo la copa: ¡Soy libre! 

La mayor ventaja que presenta este método es su economía respecto a otros sistemas, como tampones o compresas. La vida útil de la copa menstrual es de 5 a 10 años, de manera que su primera inversión, mayor que el resto (tiene un precio aproximado de unos 23€), se amortiza tan sólo tres o cuatro meses después. Puede adquirirse en tres tamaños –pequeño, mediano o grande-, a escoger en función de la cantidad de regla que tenga cada mujer. Además, se comercializa en varios diseños –con acabado soft, con anillo o con punta y en múltiples tonalidades-, para que cada mujer escoja la que más se adapte a sus gustos, preferencias y necesidades.

¡La copa no daña la flora vaginal! 


ero, aparte de velar por nuestros bolsillos, por el material con el que está realizada la copa, su uso no daña la flora vaginal y, al no contener látex, pvc, descolorantes o desodorantes, no provoca alergias. Este material es el Thermolast, un Elastómero Termoplástico medicinal, un tipo de silicona, que se utiliza también en la fabricación de catéteres y tetillas de biberones. La Dra. Montse Alcalde, especialista en Obstetricia y Ginelocología, considera que la copa menstrual “apoya la protección natural que fabrica el cuerpo y ayuda a evitar infecciones vaginales”, al recoger la sangre, en vez de absorberla, como hacen los otros métodos. Además, su uso no está relacionado con el STT (Síndrome del Shock Tóxico), una atípica pero seria infección causada por bacterias en una herida de la mucosa, atribuida directamente a la utilización de tampones.

La copa menstrual: una copa muy íntima

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