Articulo de Sandra Bravo, periodista y usuaria de la copa Meluna!
Las mujeres tenemos la capacidad biológica de generar vida. ¡Es algo precioso y espectacular si nos paramos a pensarlo! Nuestro cuerpo es capaz de dar cuerpo a otra persona. Somos el punto de partida de una nueva existencia…
Aunque es verdad que cada 28 días, cuando la menstruación nos recuerda este don tan particular, lo vemos más bien como un incordio y un trámite fisiológico un tanto pesado. La regla no ha dejado de ser un tema tabú del que durante mucho tiempo ni siquiera se ha hablado con naturalidad. Las niñas, simplemente, se convertían de la noche a la mañana en “mujeres”, pero nadie les decía qué significaba exactamente.
Hay muchas mujeres que, incluso después de años, no han aprendido a convivir con un comportamiento natural de su propio cuerpo. Cierto es que la necesidad de una higiene mayor durante la menstruación y la posibilidad de pensar que alguien notará “tu olor” generan cierta incomodidad. Pero por suerte cada vez se avanza más en los productos que nos ayudan a reconciliarnos con nuestro propio cuerpo.
En este sentido, me sorprendió no hace mucho un producto denominado copa menstrual. Me costó horrores imaginarme cómo debía funcionar tal invento, pero ahora que he comprendido lo fácil que es usarla, le veo bastantes ventajas.
Una de las cosas que más me gustan es que es súper higiénica. No huele nada, al contrario de lo que pueda parecer, y elimina esa sensación de “suciedad” que todas hemos experimentado alguna vez al quitarnos un tampón o una compresa. ¡Es toda una experiencia interactuar con tu cuerpo de una forma tan natural durante la menstruación!
La copa es cómoda. No ocupa nada en el bolso y te olvidas de si has cogido tampones o compresas por si te viene la regla. Incluso te la puedes poner previamente si sabes que estás a punto de tenerla. No absorbe y, por tanto, no reseca.
Por otro lado, con la copa ayudamos a reducir residuos de manera drástica. ¿Cuántos tampones o compresas podemos llegar a utilizar a lo largo del año? ¡Es una burrada de celulosa y otro tipo de materiales que, mezclados con la sangre, no son nada fáciles de reciclar. Utilizar la copa es una forma sencilla –casi imperceptible- de colaborar con el medio ambiente.
Y por último, pero para nada menos importante, destacaría una ventaja fantástica: es muy económica. Los productos de higiene íntima son carísimos. Si los buscas de algodón 100% y sin blanqueantes llegan a ser prohibitivos. Pero la copa la compras una vez y te dura años. ¡Yo estoy planteándome comprarme un cerdito y poner allí todo lo que me gastaba cada mes en tampones! Creo que a finales de año podré darme un buen capricho cuando rompa la hucha!
¡Hay muchos motivos para alegrarse de ser mujer y la regla no debe hacerles sombra a ninguno de ellos!