Rochefort se localiza poco antes de la desembocadura de la Charente en el Atlántico, lo que la convertía en un lugar privilegiado como arsenal marítimo del reino de Francia. Cuando se contemplan los grandes veleros antiguos pocas veces se ponen de manifiesto la importancia y cantidad de sus cordajes.
Rochefort estuvo a punto de perder en los sesenta su Corderie, edificada en 1666 y en uso hasta 1862. El largo edificio había estaba en ruinas tanto por el abandono como por los bombardeos. Afortunadamente se ha restaurado como bello museo histórico que ilustra todo el proceso de fabricación de las cuerdas desde el cáñamo.
Las cuerdas y las matemáticas tienen larga historia de convivencia: desde las notas musicales pitagóricas hasta la contemporánea teoría de cuerdas que busca la unificación de la física del micromundo, y no olvidando la teoría de nudos.
El museo muestra cuantitativamente la resistencia, los usos y el proceso de fabricación. Hay sesiones continuas de exhibición en vivo en la forma tradicional. Los edificios eran tan alargados para hacer cuerdas de 200 metros que requerían unos 300 metros de hilo.