Hernán Blanco es el nuevo presidente de Argentina y del que se sabe muy poco. Se dirige en viaje oficial a Chile, país en el que se celebrará una importante cumbre con el resto de países de Sudamérica. Allí tendrá que tomar decisiones difíciles y complejas tanto en el terreno personal como en el profesional.
Pues me esperaba más de este thriller político. Ricardo Darín está muy bien en su papel de político bueno-malo, ahí jugando al despiste, pero a la trama le falta algo. Sobre todo a la parte personal, se queda muy coja e inacabada, además de dejarnos con demasiadas dudas e interrogantes.
Lo mejor, la escena-conversación entre Ricardo Darín y Christian Slater. Y lo peor, el personaje de Elena Anaya, ¿para qué?
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