Revista Opinión
Hasta aquí hemos llegado, así dice el presidente en funciones Mariano Rajoy, refiriéndose, naturalmente a los últimos acontecimientos destapados o hechos a la luz en la Comunidad Valenciana, que ha quedado como un referente de la corrupción en todo su gobierno como si de una mascletá explotara ante los asombrados ciudadanos que ven como no se termina esta plaga como es la corrupción.
Pero no hay que olvidar que en la corrupción intervienen los corruptos y los que se prestan para que ello suceda. No sé hasta qué punto es antes el huevo que la gallina o al revés, que, en este tema, la verdad es que a veces no se puede distinguir qué es lo primero para que suceda lo segundo.
El Partido Popular se enroca en sus contestaciones a todo el mundo, político y no político, y dice que su partido se ha encontrado con unos sinvergüenzas y que hace tiempo ya no pertenecen a su formación.
Ya sabemos que la estrategia de repetir y decir muchas veces, que no ha sucedido lo que se dice, llegan a calar en los votantes y efectivamente eso se ha reflejado en las últimas elecciones generales celebradas el 20 de diciembre de 2015.
Últimamente, como guinda del pasteleo corrupto, de este robo increíble que llevan realizando el PP, con sus distintos dirigentes que ha tenido esta formación desde que se denominaba Alianza Popular, ha explotado -como digo-, como una mascletá la corrupción de la Comunidad Valenciana, durante muchos años del gobierno del PP.
Hay que recordar que la corrupción siempre ha existido desde que se acuñó esa frase célebre de 'vuelva usted mañana'.
Como muy bien describe Manuel Rivas en el artículo publicado en El País Semanal del pasado 7 febrero 2016, estamos ahora por la mucha exageración, que los españoles tenemos en casi todo. La exageración, siempre ha sido bandera en la derecha conservadora, en sus diferentes versiones de neoliberalismos.
La corrupción, hoy, la 'ventaja' que tiene, es que se ha extendido tanto que ya es como algo inherente a la idiosincrasia de nuestro pueblo.
Pero han surgido unos partidos 'nuevos', tan nuevos como en esas fechas de Cánovas, que el entonces Partido Socialista se presentó a las elecciones, y todo el mundo se mofaba de un tal Pablo Iglesias, fundador del PSOE.
Ahora, los políticos tienen y deben gestionar otra forma muy distinta a los tiempos de entonces, en donde, entre otras cosas, quepan políticas del cambio que necesitamos en este nuevo siglo XXI, muy distinto a los anteriores.
La corrupción hay que atajarla de tal manera que tiene que desaparecer de raíz, hay que desterrarla definitivamente, no podemos seguir, así con la corrupción.