Revista Opinión

La Corrupción Chavista por Mutación – PARTE I

Publicado el 28 abril 2018 por Carlosgu82

La Corrupción Chavista por Mutación – PARTE I

Como es del conocimiento del planeta Tierra, la revolución está sentada desde hace un buen rato, en la silla de Miraflores, y a propósito de que hace poco, un chavista al que pareciera que la gorra de los “ojitos” le tiene amarradas las neuronas, le explicaba a otros, que, para contrarrestar la “guerra económica”, era necesario saber: “Quienes somos” (o sea ellos)  porque desde su óptica existe un fenómeno que amenaza a la revolución todos los días, este fenómeno es el tener un “Estado chavista, sin chavistas”.

En tal sentido, procedo a recordarle “quiénes son”, con Chávez incluido, y hacia donde han ido, por mutación chavista.

Lo primero que debemos analizar, es que este modelo de administración pública populista, quien lo incentivó, fue Hugo Chávez Frías, avivando el protagonismo del estamento militar en la conducción y ejecución de las políticas fundamentales de lo que fue la llamada Revolución Bolivariana, produciendo el desplazamiento de las mediaciones partidistas que le dieron cohesión política al modelo de administración descentralizada y controlada, de los primeros 40 años de la democracia en Venezuela, incluso colocando a los partidos políticos de su propia plataforma oficialista compartida, en un segundo plano.

Como complemento, con el cuento de la soberanía y la seguridad integral del país, Hugo Chávez armó un andamiaje denominado modelo cívico-militar, que no fue otra cosa que, el desplazamiento de civiles por militares, en los puestos de alta y media gerencia dentro de la administración pública.

En este contexto, y en orden ascendente, la designación de militares tanto activos como retirados en gran número de cargos públicos, así como la participación de militares retirados en cargos de elección para posiciones tanto en el poder legislativo nacional, Asamblea Nacional, como Gobernaciones y Alcaldías, dan cuenta de la activa participación de miembros de la Fuerza Armada en los asuntos políticos y administrativos de la nación.

Posteriormente, con la vulgar militarización de la administración pública, a tal punto de que funcionarios de distintas instituciones, como fue el caso de PDVSA, que estaban obligados a asistir los fines de semana a entrenamientos militares, Hugo Chávez seguidamente, procede también con la militarización de la sociedad, armando un ejército de reservistas, denominado “milicias bolivarianas”, justificando una supuesta intervención del imperialismo yankee en Venezuela.

Con un cangrejo creado en la sala situacional chavista, para montarle las pezuñas al erario público nacional, que por cierto, está operativa desde que comenzó esta tragedia en el país, Hugo Chávez, se sube en la cresta de la ola con el “Plan Bolívar 2000” triangulando una “emergencia social” con sumas formidables de dinero en manos de militares, bajo la cogestión de uno planes llevados a cabo por los llamados Círculos Bolivarianos, las Unidades de Batalla Electoral, y los Lanceros y Vencedores, que fueron las estructuras diseñadas a partir del registro e incorporación de la ciudadanía a los planes y programas del gobierno, programas de incorporación educativa, para el trabajo cooperativo, y actividades de organización electoral exclusivo para furibundos chavistas.  Además de ser receptores de los beneficios, cumplían actividades de control social y político, y más recientemente entrenamiento militar para la reserva.

Un informe de la Contraloría General de la República presentado en el año 2002 determinó que ese plan gubernamental, génesis de la alianza “cívico-militar”, incurrió en serias fallas en el orden administrativo y financiero. La Contraloría detectó “facturas y recibos defectuosos, emisión de cheques sin prohibición de endosos, cobro de estos por funcionarios de algunas guarniciones y pagos en efectivo por montos considerables”.

¿Recuerdan el director de la orquesta Plan Bolívar 2000? Ese mismo, el general Víctor Antonio Cruz Weffer, a quien en 2007 el Ministerio Público acusó por enriquecimiento ilícito y ocultamiento de datos en su declaración jurada de patrimonio. Entre 1999 y 2000, el alto oficial habría manejado unos 73.175 millones de bolívares, que equivalían a 114,3 millones de dólares, según precisó en ese entonces, la periodista Lisseth Boon. Hoy Cruz Weffer está libre, y fuera del país, disfrutando de todo lo que se robó. Incluso, aparece en los llamados “Panamá Papers” por supuestamente abrir una empresa en el paraíso fiscal de las islas Seychelles en 2007.

Por otra parte, entre los años 2007 y 2008 se cometieron irregularidades en la compra de alimentos por parte del Estado, bajo la cortina de la llamada “soberanía alimentaria” manejada por PDVSA y sus filiales. Entre finales de 2007 y febrero de 2008, Bariven (filial de PDVSA) estableció los niveles de importación de alimentos para ese año, determinando un volumen de 1.719.087 toneladas métricas (TM), a ser importadas por la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA) y la propia Bariven.

En ese entonces, Hugo Chávez, como buen mitómano y ejemplar corrupto, en Consejo de Ministros, habla de “combatir la especulación”, y acordó declarar emergencia alimentaria delegando en la filial PDVSA Agrícola y Bariven la procura nacional e internacional de alimentos bajo la modalidad de “adjudicación directa”.

Entre el periodo noviembre 2007 y julio 2008, Bariven compró y pagó 1.057. 531 TM de alimentos por un precio de 2.248 millones de dólares. Sin embargo, para octubre de 2008 en Venezuela sólo se habían recibido 266.571 TM, es decir el 25 por ciento. De esta cifra sólo se logró distribuir a esa fecha, el 14 por ciento, 143.866 TM de alimentos a través de la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL).

¿Y el resto? Bien gracias.

Bajo el asalto silencioso de este hamponato gubernamental, para el año 2008, se encontraron 65 contenedores con alimentos dañados: caraotas, pollo, leche líquida, leche en polvo y carne, equivalentes a 1.201 TM por un valor de 4 millones 400 mil dólares (1 millón 500 mil dólares fue el costo del producto y 2 millones 900 mil fue el costo del almacenaje). Se encontraron diferencias en los controles de recepción de la mercancía, así como también se evidenció que la disparidad estaba entre el total de los pedidos pagados a los proveedores y lo recibido en Venezuela por un total de 3 mil 47 TM, con un costo asociado de 10 millones de dólares.

En esta telaraña de corrupción descarada y tejida bajo la sombra de Hugo Chávez, con la “soberanía alimentaria” no se consideró tampoco, por ejemplo, la oferta presentada por una empresa de 2.950 dólares/TM para la colocación de 5 mil TM de alimentos y se pagó otra oferta por el orden de 4 mil 958 dólares /TM, lo que generó un incremento en la compra de 10 millones de dólares.

Es así como, PDVSA fue demandada en Estados Unidos por soborno. Los dueños de la empresa Dexton Validza INC., Tomás González y Pablo Cárdenas, indicaron que Bariven canceló un contrato de compra de alimentos por negarse a pagar 2 millones de dólares a Juan Carlos Chourio, enviado de Bariven. Según los demandantes, Chourio les habría dicho que “era un enviado de George Kabul”, presidente en ese momento de Bariven. Según González y Cárdenas, luego de cancelado el contrato, Bariven adquirió a una empresa brasileña 20 mil toneladas de carne a un precio de 4 mil 900 dólares la tonelada, casi 600 dólares por encima del precio ofrecido por Dexton Validza, 11,5 millones de dólares de sobreprecio. Pdvsa debió cancelar 100 millones dólares por la demanda.

Hallazgos de alimentos en mal estado, salieron a flote simultáneamente en diferentes regiones del país. En Puerto Cabello se hizo el hallazgo de 3 mil 257 contenedores con un total de 122 millones de kilos de alimentos, correspondiente a carne, pollo, leche en polvo y granos. En Cumaná, Estado Sucre, aparecieron toneladas de pollo en descomposición. En Machiques, Estado Zulia, miles de kilos de leche en polvo se perdieron por no ser distribuidas a tiempo. En el puerto del complejo Criogénico José Antonio Anzoátegui, conocido como José, se encontraron 2 mil contenedores con 16 mil toneladas de leche en polvo descompuesta. En el Estado Cojedes específicamente en Tinaquillo, en el sector Hilanderías, se encontraron unos galpones de PDVAL, en uno de sus patios estaban estacionados alrededor de 800 contenedores con alimentos no aptos para el consumo humano.

Entre los años 2009 y 2010 fueron destinados 2.583 millones de dólares dirigidos a la compra de alimentos y para el año 2011 fueron aprobados adicionalmente más de 5.000 millones de dólares, para la compra de alimentos, que la ciudadanía venezolana, nunca llegó a consumir.

¿Cuál guerra económica?

Llegados a la realidad presente, cumplo en hacer del conocimiento de los chavistas que: Seis militares (con rango en minúscula) han dirigido el Ministerio de Alimentación durante la mutación chavista bajo el nefasto régimen de Nicolás Maduro: el general de brigada Félix Osorio, el general de división Carlos Osorio, el mayor general Hebert García Plaza, el teniente coronel Yván Bello, el general de brigada reciclado en Aragua Rodolfo Marco Torres, y actualmente quien maneja la cartera, el mayor general Luis Alberto Medina Ramírez. Estos impresentables han tenido bajo su mando la producción, distribución y venta de alimentos. A ninguno se le aprecia en su haber, metas laborales cumplidas.

¿Será necesaria la traducción en su propio idioma chavista o está bien así?


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