Revista Opinión

La Corrupción Chavista por Mutación – Parte II

Publicado el 29 abril 2018 por Carlosgu82

La Corrupción Chavista por Mutación – Parte II

Continuamos recordando al chavismo amnésico del “quiénes somos” (o sea ellos) las razones por las cuales, Venezuela es una nación sin luz. Y a propósito de luz, ese ha sido otro nido de corrupción vergonzosa, que también pronto, traemos en contexto.

Resulta que, en noviembre del año 1999, cuando Hugo Chávez ascendió al poder, el flamante nuevo Ministro de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel, dio un discurso en el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), ubicado en Caracas, durante un seminario sobre “Economía y Corrupción” celebrado en la misma ciudad. En este discurso, el bandido Rangel presentó lo que fue considerado como la posición oficial del nuevo gobierno en lo relativo a la corrupción. Y resalto un extracto de ese épico discurso:

Reconocemos la existencia de una cultura de corrupción sistémica en Venezuela, los ciudadanos la identifican, al ver que los hospitales carecen de los recursos o medicamentos esenciales debido al robo de fondos que han debido dedicarse a la adquisición de estos insumos. A partir de ahora, la ética jugará un papel central en la vida de nuestra sociedad. La corrupción aparece por igual en regímenes autoritarios y democráticos y es más perversa en democracia, ya que requiere la complicidad de muchos.

La corrupción ha tenido un costo enorme en Venezuela. Funciona, esencialmente, a través de la contratación de obras públicas. Los ciudadanos venezolanos han enviado más de 100.000 millones de dólares al extranjero. El costo de la corrupción durante los últimos 20 años, según la ONG Pro Calidad De Vida, es del orden de los 100.000 millones de dólares. Los costos espirituales y sociales de la corrupción son aún mayores.

A fin de luchar contra la corrupción, debemos luchar contra la confidencialidad y la falta de información de los bancos, las corporaciones financieras y el sistema judicial. La lucha contra la corrupción debe involucrar a toda la sociedad y a todos los ciudadanos, a las organizaciones estatales, a las instituciones académicas, a los medios, a las instituciones religiosas y a las asociaciones políticas, comerciales y gremiales, a fin de revertir los efectos de la corrupción y permitir que renazcan nuestros valores morales y éticos. Estamos en las puertas del cambio, y uno de los objetivos principales de este nuevo gobierno es eliminar la corrupción. Ésta es la única manera de reinstalar la democracia en nuestro país. El riesgo más importante que enfrenta este gobierno es no llevar adelante esta lucha con coraje y decisión, ya que la vieja corrupción tiende a ser inmediatamente reemplazada por corrupción nueva.

Sin una justicia digna de confianza, no existe posibilidad de librar una lucha eficiente contra la corrupción.

Como ustedes pueden apreciar, han transcurrido 20 inclementes y negros años desde que el bandido José Vicente Rangel, pronunció ese discurso, donde aplicando la “Psicología inversa”, sencillamente describió la verdadera esencia que traía la Revolución Bolivariana, de la cual, él todavía es cómplice, artífice y parte activa de esa mafia, para su macabra manutención.

Pero, cómo olvidarnos de que, en los ocho primeros años de gestión de Hugo Chávez, su gobierno recibió entre 175.000 y 225.000 millones de dólares gracias al petróleo y al nuevo endeudamiento. Junto con el incremento de los ingresos, disminuyó la transparencia. Tal es el caso, que en 2003 la empresa petrolera estatal (PDVSA) dejó de publicar sus estados financieros anuales consolidados. Chávez creó nuevas instituciones financieras estatales cuyas operaciones fueron poco transparentes, de donde se gastaban fondos a discreción del poder ejecutivo.

Hasta el tercer trimestre de 2006, Hugo Chávez dispuso de entre 175.000 y 225.000 millones de dólares. Esta cifra no incluye todas las demás fuentes de ingresos, como el impuesto sobre la renta. El presupuesto nacional para 2006 ascendió a 40.100 millones de dólares; 47% del ingreso proveniente de las ventas de petróleo, y el resto, del impuesto sobre la renta y otras fuentes (como la nueva deuda y un ingreso extraordinario de unos 5.000 millones de dólares debido a la confiscación de reservas de divisas del Banco Central de Venezuela).

En efecto, tanto Petróleos de Venezuela como el Banco Central transferían sumas importantes de dinero directamente al FONDEN, un “fondo de desarrollo” creado en 2005 por decreto presidencial, y al BANDES, un banco de desarrollo creado en 2001, dos entidades que respondían únicamente al Presidente Chávez.

En paralelo a esta gestión irregular de los fondos públicos, el gobierno de Chávez desmanteló el Fondo de Estabilización Macroeconómica, creado por el gobierno venezolano en 1998 para proteger la estabilidad de las finanzas públicas nacionales en tiempos de precios bajos del petróleo. Igualmente, entre los años 2001 y 2005, el gobierno de Hugo Chávez retiró activos del fondo, por un monto superior a los 3.000 millones de dólares, para utilizarlos en gastos corrientes.

Y todo esto sin mencionar las transferencias de dólares que Hugo Chávez realizó al exterior, dinero éste del cual nunca se tuvo justificación, y que hoy todos sabemos que estos manejos turbios se ejecutaron con la única finalidad de comprar afectos en la región, siendo dadivoso con sus compinches, para consolidar su dantesco proyecto político.

Entre estos hechos de la deforme corrupción chavista, se inscribe el caso del empresario venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, que pretendía en 2007 ingresar a Argentina con 790 mil dólares, sin haber sido declarados. Antonini Wilson había viajado a Buenos Aires en un vuelo privado, contratado por la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa), procedente de Venezuela. En el vuelo viajaba Claudio Uberti, un ex alto funcionario del gobierno del fallecido presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y quien habría autorizado el embarque de Antonini Wilson. También viajaban Daniel Uzcátegui Matheus, ex vicepresidente de la petrolera estatal venezolana PDVSA, y su hijo, Diego Uzcátegui Specht. El caso del maletín se convirtió en un escándalo político y judicial en Argentina después de que el propio Antonini Wilson y fiscales de Estados Unidos apuntaran que el dinero procedía de Venezuela y estaba presuntamente destinado a financiar la campaña electoral de Cristina Fernández para las presidenciales de 2007.

Continuando la expoliación de las arcas de la nación, en junio de 2005, la Asamblea Nacional, controlada por Hugo Chávez, modificó la ley que regula el Banco Central de Venezuela de tal manera que el gobierno pudiera confiscar lo que definía como un “exceso de reservas”. Bajo las resoluciones de esta modificación arbitraria, cerca de 5.000 millones de dólares se transfirieron del Banco Central al poder ejecutivo, para utilizarse en programas de gobierno, fuera de los canales presupuestarios normales, y bajo esta misma premisa también le colocaron las sucias manos a las reservas oro resguardado en las bóvedas de esta institución.

En este orden, para el año 2001, por decreto presidencial, también, el gobierno creó el BANDES, un banco de desarrollo dependiente del Ministerio de Finanzas, y, en 2005, la Asamblea Nacional, controlada por Chávez, creó un fondo de desarrollo, el FONDEN, para gastar el “exceso” de reservas de divisas. Ambas instituciones estaban bajo el control absoluto del gobierno de Chávez y no estaban sujetas a ningún tipo de supervisión o revisión independiente. El fondo debía llegar a tener hasta 6.000 millones de dólares para ser utilizado a discreción del poder ejecutivo. No obstante, para mediados de 2005, este fondo ya contaba con 7.500 millones de dólares provenientes de fuentes no especificadas, probablemente de Petróleos de Venezuela y del Banco Central, las únicas instituciones que para ese momento manejaban sumas de dinero tan importantes en su sistema.

¿Chavistas recuerdan la frase del insepulto eterno? “Ser rico es malo”

Según Jerry Brewer, experto en antiterrorismo, calcula que la fortuna de la realeza Chávez Frías, es de $1,800 millones de dólares. La familia presidencial tenía 17 fincas con un valor, cada una, de entre los 400.000 y 700.000 dólares; una flotilla de diez camionetas Hummer de 70.000 dólares y 200 millones de dólares en cuentas en el exterior. Entre los “aviones” particulares que Hugo Chávez tenía, se cuentan un Gulfstream G-550, para 15 personas, con un costo aproximado de $500 millones. Un Challenger 605 con capacidad para 10 personas, y uno de los más famosos de Chávez, pues con él podía cruzar el Atlántico, calculado en $18 millones.

Chávez también contaba con un Learjet 60, con capacidad para hasta 8 personas, con un costo aproximado de $8 millones.  Para dar la vuelta al mundo en dos paradas podía abordar su Global Express para 15 personas, con un costo de $23 millones. Y el Falcon 900 LX, donde podía abordar de 12 a 15 personas, con un valor de $40 millones.

María Gabriela Chávez, hija del “corrupto eterno” Hugo Chávez Frías, es de las mujeres más ricas de Venezuela, su fortuna de 4.197 millones de dólares, es incluso mayor que la de Gustavo Cisneros quien según un informe de Forbes tiene un capital de 3,6 millardos de dólares, y Lorenzo Mendoza dueño de Empresas Polar.

¡Y en su canalla vida ha trabajado esta desvergonzada!


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