Revista Insólito
Dicen que el hambre de fama es muy canija, y sí que lo es, al grado que personas que eran “muy respetables” llegan a caer en juegos nada honestos o decentes, en los cuales se juegan la reputación y trayectoria por un albur mal planeado del mundo del misterio. Los hay de todos los niveles, desde los aficionados novatos hasta los que ya se la dan de expertos con años de “experiencia”.
Tenemos que tener muy presente que nada es paranormal hasta que se demuestre lo contrario, así como nada es extraterrestre hasta que se demuestre lo contrario. Lo preternatural no lo es hasta que se confirme y se constate de manera fehaciente y verificable. Los cuestionamientos y el poner en duda enunciados y presuntas pruebas es totalmente permtido, y hasta debe de ser exigible. A nadie se le debe de creer de a gratis, absolutamente a nadie. El creer sin dudar o cuestionar una idea es someter la mente a un concepto preestablecido por otros.
Una fotografía o un video no es evidencia sustentable o corroborable de algo más allá de lo humano, y mucho menos en pleno siglo XXI en donde lo más sencillo es la manipulación digital de imágenes. Cuando la ignorancia se mezcla con el fanatismo, el resultado es aberrante en muchos sentidos. Personas que llegan a amenazar a otros por el simple hecho de que ellos no creen en los mismos mitos o supersticiones que otros, es más que patético y denigrante. Es cuando ves el avance que ha tenido el neo-oscurantismo en la sociedad.
El rasgarse las ropas diciendo que los científicos y los gobiernos quieren ocultar la “realidad del fenómeno extraterrestre” es un insulto al intelecto humano, un vil acto de pereza mental. Yo he sido testigo de un considerable numero de fenómenos “extraños”, no considero que sean sobrenaturales o extraterrestres, ninguno de ellos, y no porque “no puedo ver más allá de mi nariz” como lloran los que idolatran las mentiras, simplemente porque me apego a ese simple teorema que dicta de que si un fenómeno es real, debe de tener una explicación igualmente real, sustentable y corroborable, pues si fuera falso, simplemente no la tendría pues se sustenta en la falacia y sofismas, y por más que se repitan o griten, nunca serán reales, solo serán “verdad” para aquellos que los crean ciegamente.
Lo más triste del caso es que existen individuos que siguen afirmando cosas como “Los ovnis tienen la capacidad de volar a la velocidad de la luz, no producen ningún ruido, se pueden detener en el aire cómo los helicópteros y se pueden camuflar cómo úna núbe...”, es cuando uno pierde la esperanza en ellos pues siguen creyendo y defendiendo en falsos mitos obsoletos, un mito (timo) de los 1980´s ya más que refutado. ¿Su problema será falta de educación científica o será por un abismo existencial que quieren rellenar con mistificación?
La realidad no necesita que nadie la crea, pues es constatable, solo la mentira es la que necesita ser creída para seguir existiendo.
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