Abrir la caja de cartón donde están guardados mis “autitos de colección” Matchbox de la infancia es descubrir piezas olvidadas. Como esta cosechadora de color rojo. Sinceramente no la recordaba y por el estado que presenta poco he jugado con ella.
Tal vez me la regalaron para sumar una pieza más a la colección de mis amados Matchbox. No lo sé. Han pasado muchas décadas para recordar eso. Lo cierto que ahí está la cosechadora en muy buen estado de conservación.
Demuestra ser un modelo antiguo ya que el conductor ni siguiera tenía un techo donde resguardarse del sol del campo. Lo que se la ve sólida como juguete que era en definitiva.
Entre los Matchbox que atesoro noto que hay una gran cantidad de piezas que son camiones, grúas o máquinas de algún tipo. Menos autos de los que imaginaba que tenía. La mente puede traicionarnos con los recuerdos.
Como es costumbre en la sección “Garaje Miniatura”, la cosechadora roja, tiene su correspondiente caja original. Tal como llegó de la Librería San Agustín a la vuelta de mi casa en el barrio porteño de Recoleta.
Claro que eso fue hace mucho tiempo, como si se tratara de un cuento infantil. De eso de tratan los “autitos de colección” de la infancia. Cuando otra de mis actividades era jugar e imaginar mundos. Que se desarrollaban sobre la mesa libro de formica blanca con manchas negras. Y la infaltable colcha de planchar a la hora de crear un escenario para el juego en aquella tarde en un departamento de una gran ciudad.
La mesa del comedor era el centro social de mi casa. Donde se comía, donde se planchaba, donde estudiaba y donde jugaba. Jugar era otra actividad tan importante como las otras. “Andá a jugar un rato”, una frase que más de uno escuchamos de chicos y la seguimos oyendo.
Ahora mismo alguien les está diciendo a sus hijos esa frase. La pregunta de siempre: ¿por qué los adultos dejamos de jugar? Una actividad tan trascedente en nuestras vidas es dejada de lado. Porque jugar no es solo de chicos, sino que los adultos deberíamos dejarle más espacio en nuestras vidas.
Es una manera que tiene el cerebro de descansar de sus obligaciones y actividades diarias. Y todo por estar mirando una vieja cosechadora de los Matchbox de mi infancia a mediados de los años sesenta. Simplemente como eso.
Pero no dicho, o contado con nostalgia. Nada más alejado de mí tratar de regresar en el tiempo. Eso pasó y formó parte de mi crecimiento como persona. No lo extraño, lo recuerdo para saber de dónde vengo y hacia dónde quiero ir.
Les he dicho más de una vez que los Matchbox fueron mi escuela particular en el acercamiento al mundo del automóvil. Aunque en este caso sea una cosechadora, pero se mueve por sí sola. Claro que no era un auto para andar por la ciudad…
Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todos los enlaces:
http://archivodeautos.blogspot.com.ar/p/garaje-miniatura.html
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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