Revista Viajes
La costa de Picardía, Saint-Valery sur Somme, la región y la bahía del río Somme
Por Isidro Lopez Arcos @1SorokinEsta vez, mis queridos y admirados lectores (y lectoras, por supuesto) he dejado pasar menos tiempo entre dos pesadas y aburridas entradas de este, vuestro blog, el blog donde vierto todos mis aburrimientos, porque, como todo el mundo sabe, aburrirse en compañía es siempre mejor. Se pueden hacer conciertos de bostezos, por ejemplo.
Vale, que me enrollo. El hecho es que el fin de semana pasado, un servidor de todos ustedes/vosotros se fue a visitar la costa de Picardía (no, no es que esté llena de pícaros, es que se llama así: "la Picardie") y, más en concreto, la región de la Somme. Supongo que os suena, amigotes (y amigotas), la Somme fue conocida universalmente por la batalla del mismo nombre, que tuvo lugar durante la primera guerra mundial. Fue la primera ofensiva conjunta de los ejércitos francés e inglés en 1916. Fue un fracaso total, donde para avanzar unos cientos de metros se perdió casi un millón de gente. En fin, si queréis más información, pinchad aquí, que uno no está para cosas tristes.
Vuestro bloguero y compañía salieron tal que un jueves por la tarde para ir a Saint-Valery sur Somme, nuestro destino. Confiados en el mapa de google que he aquí:
Tremendo error confiar en el mapa, que dice "3 horas 19 min". Narices. Llovía a jarros y la carretera estaba cortada a ratos por obras. Total, que llegamos a las nueve de la noche. Véase qué lindo aparece nuestro hotel, "le Domaine du cap Hornu", en un día soleado:
Bueno, pues en nuestro caso ya era de noche y no había sitio en el restaurante. Así es que, al pueblo, a ver si podemos comer algo. Ja ja. ¿En Francia a las 21h30? Nada, todos los restaurantes habían cerrado la cocina.
Menos mal, que al fin, en el bar del hotel nos dieron una "ardoise"(1) con aperitivos variados que nos supo a gloria bendita:
Además, en buena compañía, con un dinosaurio y todo:
Menos mal que por las mañanas todo se ve diferente, aunque fuéramos los últimos a desayunar y ya no quedaba casi nada, pero por lo menos, lucía un solecito que calentaba el espíritu
Saint-Valery sur Somme (ojo, que me dicen que en este caso, Valery no lleva acento como se debiera: Valéry) visto por la mañana es otra cosa, aunque esté nublado a ratos.
Se ve bastante rápido. Por supuesto, hay que ir a la ciudad medieval, a la que se entra por la puerta de Anvers:
Juana de Arco estuvo presa aquí, lo que aunque no debería serlo, es motivo de orgullo para la ciudad:
El lío, es como todos sabéis, la que se armó en la guerra de los cien años. Toda la región estaba en poder de los ingleses, que, al fin y al cabo eran normandos, descendientes de Guillermo el conquistador. A Juana se le ocurrió decir que oía voces que decían que tenía que combatir a los ingleses. Total, que la Iglesia, (que apoyaba a ambos bandos según le fuera) decidió que había que quemarla, qué rayos. Y luego hablan de los musulmanes. Pero en fin, Sorokin, no te metas en veredas, que este no es un blog político.
Interesante la iglesia de San Martín:
Lo mejor son las gárgolas:
La iglesia es del más puro estilo románico-normando, como puede verse vista desde el mar:
Saint-Valery (sin acento, sin acento, me he colado en el mapa). Está al borde de la Bahía del Somme. Una curiosa bahía, que en marea alta está llena de agua y es navegable, y en marea baja solo deja un estrecho paso para los barcos (pequeños):
Hay un trenecito turístico, residuos del siglo XIX, con vías de un metro de anchura (me recuerda al tren Santander-Bilbao que yo cogía de estudiante). Las máquinas son un monumento:
Trenecito de lo más animado:
El tren va a Le Crotoy y vuelve. Se pueden ver las marismas y los famosos corderos "de prado salado" (de Pré salé), que son apreciadísimos por los gastrónomos. Como los prados de los que comen están salados por el agua de mar, su carne ya está salada. Yo los probé en Cherburgo en mi vida anterior (también hay), pero un servidor es más de pescado
Otra excursión imprescindible es coger el barquito que atraviesa la bahía (solo en marea alta) y lleva hasta la punta de Hourdel. Se supone que se pueden ver las focas (yo no vi ni una)
Eso sí, nos pegaron unas buenas sacudidas, como podéis ver en el vídeo que sigue:
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