Penúltimo capítulo en Nueva Zelanda, la costa oeste de la isla sur, donde la estrecha franja entre el mar de Tasmania y los alpes neozelandeses discurre entre rutas costeras espectaculares y un paisaje verde repleto de montañas, nunca se acaba el verde aquí!! Pese a ser una de las zonas más lluviosas del país esta vez hemos tenido suerte y el sol nos ha acompañado la mayoría del tiempo, incluso con buena temperatura!
Entramos desde la zona de Fiordland a través del paso entre montañas que llega a Haast, en la costa. Nos acercamos al remoto pueblo pesquero de Jackson Bay, donde aparte de unos bonitos paisajes en la carretera tampoco vimos nada más que mereciera la pena; después seguimos rumbo norte, hasta llegar a los famosos glaciares de Nueva Zelanda: el Fox Glacier y el Franz Josef Glacier. Nosotros nos decantamos por ver el Fox Glacier y, aunque siempre es interesante ver glaciares, la verdad es que es bastante pequeño si lo comparamos con glaciares de Europa o América.
A 6 kilómetros del pueblo de Fox Glacier está el Matheson Lake (o Mirror Lake, como es más conocido). Desde luego que hace honor a su nombre. El reflejo de las montañas nevadas, los árboles y las nubes es brutal, sobre todo a primera y última hora del día. En un paseo de una hora y media das toda la vuelta al lago, muy recomendable acercarte hasta aquí!
Más al norte paramos a dormir en medio de ninguna parte (como hacemos día sí, día no) junto a la Hokitika Gorge; antes habíamos visto la puesta de sol en el Sunset Point de Hokitika, un pueblo costero. Así de intrépidos somos, si nos dicen que hay un Sunset Point pues allá que vamos, a a ver el sunset en ese point.
La Hokitika Gorge nos encantó; pese a no tener mucha fama es un sitio verdaderamente bonito a algo menos de media hora del pueblo; el agua proveniente de las montañas y glaciares es de un azul surrealista y el puente que cuelga sobre la garganta te hace creerte Indiana Jones por un rato. Además está repleto de fantails, unos pequeños pajarillos descarados que se te acercan y te rodean sin miedo alguno; uno incluso se me posó en la pierna, qué salaos!
Seguimos rumbo norte junto al mar (tampoco hay muchas más carreteras a elegir) para encontramos con la que nos pareció la carretera costera más bonita de Nueva Zelanda de todas las que hemos recorrido. Es la ruta que va de Greymouth a Westport, y más concretamente todos los kilómetros de costa cercanos a las Pancake Rocks, otra parada obligatoria.
A las Pancake Rocks hay que venir con la marea alta, lo dice todo el mundo y nosotros somos muy obedientes (además de intrépidos, recordad). Entre las extrañas formaciones rocosas que parecen tortitas se cuela la furia de las olas creando sonidos atronadores amplificados por el mar que rompe brutalmente contra las rocas y chimeneas de agua expulsada hacia arriba al colarse entre los túneles.
Y poco más hemos hecho en el Westland, la costa oeste de Nueva Zelanda. Una vez llegados a Westport nos acercamos a ver una colonia de focas, un buen sitio para ver unas cuantas de ellas despanzurradas en las rocas muy ricamente. De ahí, tras pasar la noche en un Holiday Park, nos encaminamos rumbo al este, a atravesar de nuevo los alpes neozelandeses hacia Christchurch, esta vez por el Arthur’s Pass rodando por una preciosa carretera entre la montaña. Dormimos arropados por la lluvia (golpeando en la chapa, vaya) cerca de las vías de la ruta del Transzalpine, el tren panorámico más famoso del país -cruza de costa a costa la isla sur- y a la mañana siguiente nos despedimos de la zona con un trekking de 4 horitas que subía a uno de los montes que rodean Arthur’s Pass, antes de emprender rumbo a Christchurch, a sólo un día de devolver nuestra amada campervan.
Después de esto ya sólo nos quedan 5 días en Nueva Zelanda. Iremos al norte de la isla sur, a intentar ver uno de los parques más famosos del país ,el Abel Tasman National Park, y cruzaremos en ferry hasta nuestra querida Wellington, donde el domingo Carol y yo separaremos nuestros pasos por una temporada: ella volverá a España y yo continuaré la ruta por Australia, para reunirnos más adelante en Asia.
Pero antes de eso aún me queda escribir algo más acerca de Nueva Zelanda, detallando la ruta completa y el presupuesto gastado (útil para futuros viajeros), así que aún no os habéis librado de mí!!
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