Este martes comenzó un nuevo programa de radio: “La costilla de Adán” en @ondamujer. Un programa hecho por mujeres para mujeres y que quieren marcar una diferencia no sólo en las ondas sino también en todos los medios.
Su programación abarca todos los temas que como mujeres nos preocupan y nos ocupan y de 9,00 a 11,00 de forma amena, sincera, profesional y dinámica @lailaelqadi nos “atrapa” con cada una de las ent revistas para generar sinergias entre las mujeres de todos los ámbitos, profesiones y sectores; para que podamos sentirnos como superwomen siendo conscientes de que haciendo lo que hacemos es parte de nuestro valor añadido. ¿Y por qué escribo sobre este programa en el blog?… pues porque soy una de las colaboradoras. Cuando Laila me lo propuso, la verdad es que no pude negarme, me pareció una idea tan fantástica, original y actual que me sentí halagada de que contara conmigo, así que allí estaré. Los viernes hacia las 9,30-9,40h hablaré de #coaching y de otros temas relacionados con la mujer en el ámbito profesional para sacar el máximo de nuestro potencial y nuestro talento. Ojo!! no es que sea especialmente feminista, la esencia no es demarcarnos por encima del sistema de género… es ser conscientes de nuestra esencia y sacarle provecho. ¿De qué hemos hablado hoy? esta es mi síntesis de partida.
“En el ámbito organizacional los hombres y las mujeres somos distintos. Las diferencias / cualidades de género existen y eso es algo que no podemos negar, a nivel antropológico hemos heredado una forma de reaccionar ante el mundo y de interpretarlo que hay que conocer. La cuestión no está en negar las diferencias y/o tratar de ser iguales. Creo que la clave está en comprender las diferencias, aceptarlas y aprender los unos de los otros sin perder nuestra identidad. Creo que lo peor que podemos hacer como mujeres es tratar de comportarnos como hombres en el trabajo y perder por eso nuestra esencia femenina. Si hacemos esto perdemos nuestro mayor valor añadido y perdemos fuerza en la diferenciación. No aportaríamos nada nuevo. Nuestra meta es a través de nuestra feminidad y nuestras cualidades conocer exactamente en dónde está el Quid de nuestra aportación y sacarle provecho a nivel personal y profesional. Lo importante es recordar que no es una competición. Esto me lleva a una de las primeras diferencias de género en cuanto a la importancia del Marketing Interno. Hay una frase que en el ámbito organizacional se usa mucho: “No sólo hay que ser buen@, sino también parecerlo”. Una de las diferencias que he observado a lo largo de todos estos años, es que las mujeres por regla general tendemos a ser más prudentes con nuestros logros y “tirarnos menos flores” (siempre hay excepciones que están fuera del género), pero más allá del sentido de la prudencia, lo que nos bloquea a la hora de “presumir” son nuestras expectativas. Esperamos que se nos valore el trabajo realizado, esperamos que nuestros jefes se den cuenta del esfuerzo que ponemos y que se nos reconozcan los méritos. Creo que nos tenemos que poner como meta el hacer reconocer nuestros esfuerzos quizás no vanagloriándonos en exceso, pero sí en su justa medida. Uno de nuestros objetivos sería el trabajar sobre el Marketing personal, puesto que no sólo hay que hacer bien nuestro trabajo, sino que cuando algo es importante nos tendremos que hacer notar. Evidentemente hay que buscar y elegir los momentos más adecuados para esto. Si reaccionamos resaltando nuestros méritos en una reunión porque no escuchan nuestras aportaciones a modo de “pataleta”, seguramente no sólo no estaremos reforzando nuestro rol sino que encima nos estaremos posicionando en un perfil de reproche o reactivo. El momento ideal es una evaluación del desempeño, en una entrevista con nuestro jefe a nivel individual, cuando aportemos ideas en un proyecto haciendo relación a éxitos pasados, no temiendo aportar nuestra opinión o nuestras ideas (superar momento “tormenta de ideas, no hay ideas ni buenas ni malas)… De esta forma no será una cuestión de emociones (como muchas veces lo atañe el género masculino) sino que puede ser una forma de ejercitar nuestra proactividad y cultivaremos también así nuestro autoconcepto. Para ello lo más importante es conocer qué es lo que queremos ser en la organización, en nuestro trabajo, es decir lo que quiero y lo que no quiero.
Michael Losier nos propone la Hoja de Trabajo de Claridad, que en coaching es un documento que se utiliza en las primeras sesiones para plantear posibles objetivos a trabajar. Esta hoja nos puede servir para identificar en nuestro trabajo qué es lo que queremos lograr, qué nos gustaría conseguir, cómo nos gustaría que nos trataran y a su vez señalar todo lo que no queremos.”
Aquí tenéis el podcast del programa ¿os lo vais a perder?
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y el podcast de mi intervención (espero que os guste)
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