La concentración de CO2, metano u óxido nitroso emitidos por los humanos que provoca el cambio climático engorda otra vez: “No hay final a la vista de esta tendencia”.
La capa de gases de efecto invernadero ha vuelto a engordar. La costra creada básicamente por las emisiones de CO2 o metano de las actividades humanas creció de nuevo en 2022, según el último análisis de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Esa capa es lo que atrapa el calor que debería salir al espacio exterior y altera el clima.
La OMM ha medido que la atmósfera terrestre presentó en 2022 una media de 417,9 partes por millón (ppm) de CO2. Es una subida pequeña desde el año anterior, pero coloca la densidad de dióxido de carbono en un récord absoluto a nivel planetario. También se ha marcado un pico con el metano (CH4) que ha crecido casi un punto porcentual hasta 1.923 ppm. Igual tendencia muestra el oxido nitroso (N20) con 335,8 ppm. Los tres en registros récord, recuerda la organización.
“No hay ningún final a la vista de esta tendencia”, concluye el documento. El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ha insistido en que “a pesar de décadas de advertencias de la ciencia, miles de páginas de informes y docenas de cumbres del clima seguimos marchando en la dirección equivocada”.
Porque estos niveles muestran cómo, cada vez, la capa aumenta y aumenta sin descanso a medida que la inyección de gases a la atmósfera no descansa. En cuanto al CO2, la densidad actual “es un 150% mayor que en la época preindustrial –la primera vez que ocurre–”. Para el metano, el crecimiento ha llegado ya a un 264% y el N2O un 124%.
La última vez que la Tierra presentó una concentración comparable de CO2 “fue hace entre 3 y 5 millones de años cuando la temperatura era 2-3ºC superior y el nivel medio del mar entre 10 y 20 metros superior”, recuerda este análisis.
El informe llega cuando quedan dos semanas para el inicio de la Cumbre del Clima COP28 en Emiratos Árabes Unidos. Este año, continúa la OMM, “la concentración de gases va a seguir creciendo”. De hecho, los medidores de la Agencia Atmosférica de EEUU (NOAA) muestran que, durante noviembre, los niveles globales están rebasando las 420 ppm. Otro umbral roto.
Fuente: Raúl Rejón - eldiario.es/sociedad