La coz del error

Tu voz me tapa
la coz que me arreó
con la herradura del error…
 
Tu rol no terminar
al exterior de mi viveza,
no me digas que es amor,
solo ámame en vida,
pues yo muero por vos…
 
Nada es tan barato como arroz «Sos»,
en cualquier lugar
emociones puedes publicar,
y si no crear tu propio «blog»,
pero si no estás,
no se prestar más atención
y la decepción suele molestar…
 
La pago caro si no te hablo
pero me callo…pues el silencio
se vuelve  dolorosamente necesario
 a pesar de la cicatriz
quiero que seas feliz
y que cumplas tus sueños
mínimo, multiplicado por el infinito
descrito en este disentir….

Esas palabras que se repiten
en mi distorsionada cabeza
son balas que se disparan
de las bocas de la locura,
esa conciencia habla distintos idiomas,
en cuales acierta
y en cuales se equivoca,
ninguna manifiesta
la dureza de la derrota…
 
Alma rota me desborda
sin gota de ayuda,
a menudo dudas me brotan
que anota el preciado Buda,
muchas historias falsas
cual banderas y sus juras,
patriotas y patriarcas
y de ideales carcas,
se quejan de pancartas
que revolucionan la carta
de mentiras casposas…
 
Rosas que se quedaron mudas
que murieron por sinvergüenzas
y también muchos hombres tachados
de machistas por no estar al lado
de la igualdad supuesta,
que en estos días se ha tornado
en una masa apodado como radical,
mas ya veníamos bien trastornados
por una rutina social superficial
y una manipulada realidad impuesta…
 
Algunas personas evolucionan
según marcas de ropa,
donde solo un logotipo vale harto copas,
y solamente vender disco no es el estilo,
si no probando con gusto
otros modos de sonido…
 
Quien gane a la fama por el morro no es justo,
aunque leo mi escrito
y recorro el regusto cohibido,
pues senderos abruptos son lisos
gracias a estos trozos
que de mí han salido…
 
El error es callar y no decirlo,
aunque para mi pesar no esté permitido,
por eso en mi camino margino
esos fallos como hallar la respuesta
en las propuestas de un sistema
que lleva demasiado tiempo corrompido
y un desamor que me da
lo que yo nunca he querido…