La consejera de Cultura, Blanca Urgell, aseguró ayer, en el Parlamento Vasco, que la nueva dirección de EITB ha frenado la caída de audiencia del ente público. No sé se esta afirmación es cierta o no porque desconozco los datos reales, y no me fío de aquellos que se difunden, pero sí puedo decir que, al menos, todas aquellas personas de mi entorno más cercano, entre ellas yo mismo, hemos constatado que EITB ha perdido credibilidad y pluralidad.
No voy a defender ahora a los gestores del PNV porque creo que también mantuvieron un control férreo sobre el ente público, contrario a la independencia, imparcialidad y objetividad que se le presupone. Sin embargo, incluso en las etapas de mayor celo, de las que he sido testigo y víctima, formaciones políticas como Ezker Batua-Berdeak tenían garantizada su cuota de pantalla, aunque fuera mínima, cosa que no ocurre en la actualidad con el Ejecutivo presidido por PPatxi.
Profesionales de EITB, nada afines al PNV, me confirman que nunca habían recibido tantas consignas como en la actualidad y son cada más las trabajadoras y trabajadores de la casa quienes cuestionan la censura impuesta por los nuevos responsables del ente público contra aquellas formaciones críticas con el Gobierno PPSOE. Ezker Batua-Berdeak, sin ir más lejos, no existe ni en Radio Euskadi, ni en Euskadi Irratia y tampoco en ETB. El veto es una realidad tan obvia, que ni siquiera se esfuerzan en disimular.
La consigna parece clara: en Euskadi no hay más voces autorizadas que las que hablan en nombre de PPSOE y PNV. El resto estamos condenadas al ostracismo, silenciadas y relegadas al anonimato. Si éste es el cambio prometido por PPatxi debo decir que no me gusta, y si antes estábamos mal ahora estamos todavía peor. Me cuentan que la última es que las formaciones políticas que integran el Grupo Mixto en el Parlamento vasco se turnen en los debates que emite Plató 2.0, en ETB. Sin comentarios.
La audiencia será importante, no lo niego, pero en un medio público la credibilidad y la pluralidad lo son aún mucho más. Y en este terreno EITB ha quedado fuera de juego. A mí no me representa y creo que a muchas personas que nos sentimos comprometidas con la izquierda tampoco. Ojalá sus responsables asuman que para ganar audiencia tienen primero que conectar con ella, con sus sentimientos y con sus aspiraciones, y no creo que lo consigan bajo los dictados de un Gobierno en el que no confía el 71 por ciento de la ciudadanía.