Louis Nicollin, el peculiar presidente del Montpellier, que el domingo logró la primera liga de su historia, se presentó este lunes en los estudios de la televisión pública francesa con una cresta en el pelo pintada con los colores del equipo: naranja y azul. Nicollin, de 68 años, cumplió así con una promesa realizada hace unas semanas.Preguntado sobre qué sería capaz de hacer si su equipo se proclamaba campeón liguero, Nicollin respondió: "Me hago una cresta".Los jugadores del Montpellier, que regresaron por la noche de Auxerre, donde ganaron 2-1 y se proclamaron campeones de la liga francesa, almorzaron con su presidente en la finca de éste, ubicada cerca del Domaine de Grammont, el centro de entrenamiento del club.Los festejos por el título liguero comenzaron el lunes. La lluvia y el frío impidieron que Nicollin, de salud frágil, cumpliera la segunda promesa que hizo: atravesar desnudo la plaza de la Comedia, lugar donde la afición celebra los títulos de su equipo. EL TIEMPO.COM