Como ya expliqué en su momento, nunca me he planteado si soy una madre consciente o si practico la crianza respetuosa, más que nada, porque hasta ahora, no tenía muy claro lo que estas palabras significaban.
Por eso, he estado buscando información en Internet sobre el tema:
La crianza con apego, proviene del término en inglés "attachment parenting", acuñado por el pediatra William sears basándose en la teoría del apego de J. Bowlby. Según esta teoría, todo individuo necesita una figura de apego o referencia que sea accesible y que le proporciona seguridad, generando un vínculo emocional que favorece el desarrollo de la personalidad de cada uno y la capacidad de establecer vínculos afectivos en la edad adulta.
Así que, la crianza con apego, busca favorecer ese vínculo, intentando entender las necesidades físicas y psicológicas de cada niño en relación con la etapa evolutiva en la que se encuentran.
Para ello, el Dr. Sears, propone siete "herramientas" para una crianza con apego:
- Contacto tras el parto: Porque los primeros días y semanas son un periodo sensible en que madre y bebe quieren estar juntos.
- Amamantar: La Lactancia materna ayuda a interpretar el lenguaje corporal y las señales del bebe, a parte de aportar numerosos beneficios para el bebe y la madre.
- Portear: el porteo ayuda a los padres a conocer mejor al bebe, ya que lo tienen siempre cerca. Pero también es fuente de aprendizaje sobre el entorno para el bebe porteado
- Colechar: Se favorece el contacto que, durante el día, no es posible entre padres y bebe. Además, proporciona seguridad al bebe, enseñándole que, el momento del sueño, es un momento placentero y de relax.
- Responder al llanto: El llanto del bebe está diseñado para llamar la atención de los padres, así que, responder con sensibilidad al llanto, aumenta la confianza del bebe en sus cuidadores.
- Dudar de los "entrenamientos": Criar con apego nos lleva a convertirnos en "expertos" sobre nuestros hijos, contrariamente a
- Equilibrio: Porque el afán por entender al bebe puede llevarnos a olvidarnos de las necesidades própias y de la pareja.
Pero lo más interesante, es leer sobre lo que NO ES la crianza con apego:
- La Crianza con apego, no es un nuevo estilo de crianza: de hecho, la crianza con apego es la que siempre se ha practicado hasta el momento en que se puso de moda los "entrenamientos" tipo Ferber
- La crianza con apego no es ser un padre indulgente: La crianza con apego es responder adecuadamente a las necesidades del bebé, y saber cuando hay que decir si y cuando hay que decir no.
- La crianza con apego no es ser un padre permisivo: La crianza con apego, no es controlar a nuestro hijo, es más acompañarlo mientras crece y se desarrolla.
- La crianza con apego no es ser una madre mártir: La crianza con apego no convierte a una madre en esclava o en mártir. Los primeros meses, los padres dan mucho de si mismo, pero, en contraposición, reciben mucho más.
- La crianza con apego no es difícil: Como en el punto anterior, al principio, los padres son los que dan, pero poco a poco, el bebe interactua, entonces es una relación reciproca en la que, cuanto más se da, más se recibe. Lo difícil en este tipo de relaciones, es no saber lo que el otro quiere, así que, los padres que crían con apego, les resulta más fácil criar, porque entienden las necesidades de sus hijos.
- La crianza con apego no es rígida: más bien es todo lo contrario, flexible y opcional.
- La crianza con apego no malcría: Según el Dr. Sears, respondiendo adecuadamente a las necesidades de nuestros hijos no se malcría, ya que, lo que busca es fomentar la independencia. Hay que diferenciar a los padres posesivos que, por su propia inseguridad, impiden a sus hijos hacer nada.
La crianza con apego utiliza determinadas herramientas, pero que cada uno debe escoger las suyas, que nada debe ser una imposición y que, lo más importante, es la apertura de la mente y del corazón hacia las necesidades del bebe.
Creo que en esto se basa toda la crianza con apego, en abrir corazón y mente a nuestros hijos, en aprender a escuchar lo que nos dicen a través del contacto, las miradas, los gestos. En tomar conciencia de ese pequeño ser y sus necesidades. En una palabra, podríamos resumirlo como empatía.
Y para ello, hay que estar dispuesto a cambiar, a abrirse a una nueva forma de entender la mater/paternidad, a ser capaces de cuestionarnos todo lo que está establecido de antemano. Requiere esfuerzo y realizar un trabajo interno importante. Pero es un camino que merece la pena tomar, porque nos lleva a ser mejores personas y a dar lo mejor de nosotros para aquellos que son el futuro: nuestros hijos.