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¿Síntomas claros y contundentes de esta crisis? Niños que comen solo una vez al día, por tanto infraalimentados y desnutridos; la cada vez mayor cantidad de personas que viven en la calle; precaria educación escolar y universitaria; la no atención a personas dependientes y de la tercera edad; la precariedad laboral con parados de larga duración y de jóvenes que aún no han trabajado y se ven obligados a emigrar; la práctica desaparición del tejido empresarial del país en favor del mundo de las grandes corporaciones multinacionales que manipulan al gobierno y la economía solo especulativa; la supeditación a los poderes financieros que interfieren en la democracia y en las decisiones políticas; el paulatino empobrecimiento -y extinción- de la clase media ahogada económicamente lo que trae una drástica reducción del consumo; una Administración Pública insoportablemente grande, ineficaz e inviable que está ahogando a las pymes y autónomos; el proteccionismo y connivencia de nuestros gobernantes con las grandes corporaciones de servicios básicos (agua, luz, etc.) que ahogan al ciudadano, entre otros innumerables síntomas que demuestran que, ya sea en Europa, España o Catalunya, el Sistema económico actual es caduco, ineficiente e insostenible, aparte de irrespetuoso con el ser humano y con el Medio Ambiente.
Un presunto comité de crisis formado por expertos independientes -y responsables- debería enfocarse en la crisis real y tomar decisiones tal vez drásticas al respecto, pero a largo plazo, pensando en el fututo sostenible y recuperando los valores humanos en la sociedad y la economía. Entre otras medidas, la disminución del gasto corriente en la Administración Pública, además de la eliminación de gastos de representación y dietas no suficientemente justificadas de los parlamentarios y personalidades públicas; crear leyes para recuperar la seguridad jurídica y la inversión privada local y foránea; la reducción de gastos suntuosos en ceremonias oficiales, festejos,etc.; la desaparición de prebendas económicas a políticos y antiguos cargos públicos que actualmente cobren pensiones y nóminas de empresas públicas o privadas; la eliminación de asesores en los organismos públicos, eliminar los gastos injustificados en temas como radares de tráfico o de impuestos inútiles (u otros sistemas solo recaudatorios…) prescindibles; la renovación (?) de una democracia real y más justa, eliminando aforados, con una justicia realmente independiente, aumentando la participación ciudadana en aquellos temas críticos que les afectan (deuda, derecho a decidir qué quieren de su país, etc.), la adopción de medidas sociales urgentes y paliativas de situaciones de riesgo social (exclusión, carencia de ingresos, tercera edad, etc.) y un largo etcétera de decisiones necesarias y urgentes.
Y, sobre todo, trabajar juntos en la conciencia de que ésta es una crisis estructural y coyuntural que, sin medidas claras, rápidas y eficaces, se prolongará en el tiempo, con el peligro que ello supone!