La crisis de identidad por la que atraviesa la ANR, ¿es fruto de la llanura ode la soberbia desmedida de sus miembros?
Con el reiterado y aburrido intento de Nicanor Duarte Frutos de acceder a la banca de Senador activo está llevando a la ANR cada vez más lejos del poder. La incoherencia, la falta de tino político y ninguna diplomacia están alejando cada vez más a la ANR de la posibilidad de recuperarse.
Hasta Castiglioni, el que parecía el más sensato de los líderes, se ha vuelto irracional e incoherente, con la expulsión del Senador Estigarribia del movimiento no ha hecho más que crear un “otro líder” que divide aun más al partido en un momento en la que se necesita, perentoriamente, la unidad partidaria.
Da la horrible sensación de que los líderes de la ANR, que hoy ya son demasiados, (la sabiduría popular dice que donde hay muchos cocineros ni la polenta se pone a punto), no consigue IDENTIFICARSE con una estrategia adecuada para volver a ganar terreno.
De seguir en esa línea los colorados, o al menos los que se dicen colorados, no tendrán otra alternativa sino crear un nuevo partido, porque ésta en la están se está derrumbando sin visos de encontrar fondo.
Si quieren volver a tener credibilidad, deben expulsar, ipso facto, a Nicanor Duarte Frutos, claro que otros también merecen esa medida, pero en este momento el que más estorba en el partido es Nicanor. Castiglioni debe pedir disculpas a Estigarribia y rediseñar la política de acción de la Asociación Nacional Republicana, de otro modo la llanura será larga y dolorosa.