La crisis del Natufiense

Los natufienses conforman una de las culturas más importantes del período transicional entre el paleolítico y el neolítico. Por una parte conservaban una economía cazadora-recolectora, pero por otra parte se organizaban en poblados sedentarios y hacían un buen uso de cereales salvajes, situándose a medio camino entre los modelos económicos y sociales que se habían dado hasta entonces y aquellos que estaban por venir.

Esta cultura se desarrolló en el Levante mediterráneo entre el 13000 a.C y el 9500 a.C. aproximadamente. Entre las causas de su aparición se ha señalado una mejora de las condiciones climáticas tras el último máximo glacial, que permitían un mayor aprovechamiento de cereales salvajes entre otros recursos, si bien hacían también un buen uso de los diversos animales de la región.

La cultura natufiense, sin embargo, no permaneció invariable a lo largo de su historia. Por el contrario un evento climático de gran importancia provocó una crisis que vino a cambiar numerosos aspectos de su sociedad. Hablamos del Dryas Reciente, que duró unos 1300 años a partir del 10800 a.C. y que conllevó un regreso hacia condiciones climáticas más frías.

Partiendo de este fenómeno podemos dividir la cultura natufiense en un período temprano, que iría entre el 13000 a.C. y el 10800 a.C. y un período tardío, que llegaría desde esa fecha hasta el 9500 a.C.

Mortero y mano encontrado en Nahal Oren (Fotografía de Gary Todd)

Esta modificación de las condiciones climáticas implicó un cambió en la distribución de los vegetales. Si en el Natufiense Temprano abundaban los cereales silvestres, en el Tardío estos quedaron restringidos a áreas más elevadas y numerosos bosques fueron sustituidos por herbazales.

Los natufienses hubieron de adaptarse a estas nuevas condiciones cambiando hacia una dieta basada en mayor medida en la carne animal. Los restos de numerosos sitios natufienses, como la cueva de Hayonim o Ein Mallaha demuestran una creciente sobreexplotación de las gazelas.

La necesidad de aprovechar unos recursos más escasos llevó a un abandono parcial del sedentismo que hasta entonces caracterizaba a la cultura natufiense. Grupos más pequeños se fueron desgajando de los poblados sedentarios y llevando un estilo de vida más móvil, si bien seguían manteniendo algunos lazos con el poblado original, como demuestra el hecho de que acudiesen allí para enterrar a sus muertos.

La disolución parcial de estos asentamientos trajo aparejada la desaparición de las antiguas afiliaciones y jerarquías sociales. En el Natufiense Temprano se puede observar como los enterramientos se organizaban colectivamente, lo que sugiere la existencia de grandes grupos basados en el parentesco, destacando algunos miembros por sus ornamentos, que consistían sobre todo en decoraciones hechas a partir de dentalium.

Por otra parte, en el Natufiense Tardío observamos el cese de enterramientos decorados, lo que nos indica la desaparición de las viejas élites o figuras de prestigio, y el paso hacia enterramientos individuales.

Mortero natufiense en piedra encontrado en Eynan (Fotografía de Gary Todd)

Sin embargo, algunos sugieren que esto no dio paso a una sociedad igualitaria, sino que la crisis climática conllevó la aparición de una clase social superior, conformada por aquellas personas que tomaban las decisiones necesarias para llevar a cabo una explotación más intensiva de los recursos naturales.

Sin duda la explotación intensiva de cereales o animales, junto a una población creciente, conllevó una mayor escasez de alimentos, lo que debió ser una importante razón para iniciar la transición hacia una economía agrícola. Sin embargo esta no fue la única solución por la que se optó. Por el contrario, los natufienses iniciaron la colonización del Desierto Negro, entre Siria, Jordania y Arabia. Allí establecieron una sociedad relativamente sedentaria y basada en la caza de una amplia variedad de animales, en contraste con sus homólogos levantinos, mucho más centrados en la gacela.

Por otra parte, encontramos también migraciones hacia el sur del Negev y hacia la península del Sinaí. Aquí los natufienses desarrollan la que se ha dado en conocer como cultura harifiense, basada en la punta de Harif, una herramienta lítica que permitía una mayor eficiencia a la hora de cazar. Esta cultura se caracterizó por una intensa movilidad a lo largo del año. A su vez podemos distinguir un harifiense oriental, caracterizado por la presencia de numerosas estructuras, y un harifiense occidental, donde no existían tales.

Estos intentos de preservar la cultura natufiense eventualmente acabarían fracasando. La opción que se acabaría imponiendo para hacer frente a los nuevos retos demográficos sería la adopción de la agricultura, dándose paso entonces a las culturas neolíticas del Creciente Fértil, que acabarían desembocando en las sociedades urbanas de Mesopotamia y Egipto y en suma en la civilización como la conocemos hoy en día.

BIBLIOGRAFÍA

• “From Sedentary Foragers to VillageHierarchies: The Emergence of Social Institutions” de Ofer Bar-Yosef
• “The Natufian Culture in the Levant, Threshold to the Origins of Agriculture” de Ofer Bar-Yosef
• “Rethinking social stratification in the Natufian culture: the evidence from burials” de Anna Belfer-Cohen
• “The Harifian of the Southern Levant” de Nigel Goring-Morris
• “Mortuary Variability and Community Reorganization in the Early-to-Late Natufian Transition” de Vincent M. LaMotta

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