Esmeralda García Ramírez
El “viernes negro” o Black Friday (en inglés), se celebra al día siguiente al cuarto jueves del mes de noviembre; es decir, un día después (último jueves) del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, para inaugurar la temporada de compras navideñas con “significativas rebajas” en tiendas minoristas y grandes almacenes; seguido después por el Ciberlunes (Cyber Monday), dedicado a compras por internet, y se celebra el primer lunes después de la festividad de Acción de Gracias. El VN está catalogado como el día de mayor movimiento comercial de todo el año en EE.UU., según fuentes oficiales desde el año 2005. Posteriormente, este hecho se extendió en Alemania en el año 2012, luego a España; en Latinoamérica, en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, entre otros países y hace poco en Venezuela, como un impulso generalizado al consumismo, debido a la crisis económica que incentiva a las personas a realizar sus compras en esta época navideña, bajo la modalidad o falsa creencia de que obtendrán descuentos justos o especiales, ya que muchos comerciantes en estos días solo aparentan bajar de precio y los demandantes, por impulso o por desesperación de la crisis, solo caen en endeudamientos que termina perjudicando a familias de clase media o baja. Cabe destacar que muchas de estas compras realizadas por venezolanos, en este fenómeno particular, tienen como base las remesas enviadas por familiares del exterior a sus seres queridos en el país. La mayoría de los venezolanos tienen casi tres años resistiendo esta crisis económica, lo cual les ha dificultado por mucho tiempo la adquisición de objetos personales, desde un par de medias, un cepillo dental, o ropa interior, para poder comprar una harina de maíz, o un cartón de huevos. Ante una oferta ilusoria como ésta el consumismo los hace sucumbir ante esta trampa caza bobos, pero tal vez necesaria para sobrevivir ante los patrones del sistema.Es importante entender la táctica que el imperio norteamericano emplea, como parte de sus políticas oscuras, para captar incautos que satisfagan sus ofertas depredadoras valiéndose de la publicidad, del marketing, de ofertas engañosas, de los medios de consumo masivo (todas estrategias del capitalismo), para que el trabajador, el obrero, la ama de casa, gaste lo que ellos con su esfuerzo obtuvieron como salario a cambio de ser explotado quién sabe bajo qué condiciones, máxime si ese dinero proviene de chamos venezolanos que están en el exterior laborando 12 horas diarias para enviarle a sus padres o familiares unos dólares para finalmente llevárselo el dólar criminal o el dólar oficial, también criminal. Antes del VN, el imperio celebra el acto macabro: el “Día de Acción de Gracias” para que luego sus ciudadanos se dirijan a las tiendas a gastar sus ahorros. El Día de Acción de Gracias o Thanksgiving involucró una sangrienta conquista y la masacre de indios que se negaban a entregar sus tierras a los invasores. Esto fue en el año 1614, cuando los peregrinos ingleses en Norteamérica partieron hacia Inglaterra para vender indios norteamericanos como esclavos, dejaron tras de sí viruela, que causó la muerte de casi toda la población de aquellos indios que habían logrado escapar. Los ingleses se percataron del paraíso del otro lado del mar, decidieron quedarse no sin antes masacrar a los hermanos indígenas. Cuando las matanzas se masificaron alababan éstas con una cena de acción de gracias, y tiempo después decretaron celebrarla en un día feriado nacional. Solo la verdad nos hará libres, como humanistas y revolucionarios, estamos obligados a cambiar la historia: esto fue un exterminio, es un día para Honrar a todos los caídos que sufrieron y sufren a manos de los colonizadores, de los que han sido víctimas de un sistema opresor y de una historia tergiversada, a los mártires de ayer y de hoy que somos víctimas del salvajismo del imperio, de la guerra sin cuartel que nos avasalla para asfixiarnos de hambre, de enfermedades porque no hay medicamentos, con el robo de nuestros recursos y de los activos del Estado con un control de nuestra moneda, y un gobierno que se somete ante la dolarización por falta de control en sus políticas monetaria y cambiaria. La historia se repite, solo que aquí la “acción de gracias” la dan los “sacerdos(tes)” todos los días para que nos invadan “hasta que cese la usurpación”.
La crisis nos hizo feliz el “Viernes Negro”, por eso ¡Feliz “Viernes Negro”! no hay peor ciego que el que no quiere ver. Numerosos comercios inflaron los precios unos días antes para luego bajarlos durante el VN. Los descuentos aplicados son estrategias de publicidad engañosa. El dólar se incrementó en esta semana, a pesar de esto duplicaron y triplicaron los productos, lo cual hizo que los demandantes de clase media baja no pudieran obtener la mercancía. Las franquicias de las grandes tiendas ubicadas en los Malls se vieron abarrotadas, extendieron su horario de atención al público, cosa que no se apreciaba desde hacía mucho tiempo. Todo gracias a la “acción de gracias” del imperio que nos tiene bloqueado, que ha dolarizado nuestra economía y nos coloniza a través de un proceso de transculturización como un arma más del imperio para dominarnos y lo hace a través de este tipo de elementos aparentemente inofensivos, pero que atacan a la economía del país y a la psiquis del consumidor, como parte de los factores conspirativos contra la revolución; mientras que el gobierno —insisto— mantiene una conducta inoperante, de respuesta nula o lenta, lo que hace que el enemigo se apodere más de nuestros espacios, tanto físico económico como mental. El gobierno revolucionario debe reorientar a su población, a sus cuadros de batalla, a la clase obrera, a los consejos comunales, a su militancia, en función de resaltar los valores y principios socialistas bolivarianos antiimperiales acompañada de una reestructuración de su política económica, en defensa de nuestra patria. Necesaria es resaltar la vinculación que debe haber entre los militantes y la ideología socialista, donde el amor por la revolución, por la patria vayan de la mano. Si bien es cierto que seguimos en un sistema capitalista y el otro aún no termina de nacer, no menos es que ha habido un estancamiento del proceso de cambio que obliga a investigar sus causas, mediante el diálogo y el consenso, al mismo tiempo para el disenso, manteniendo la unidad, en un mismo espíritu combativo contra las prédicas conservadoras que nos alienan del imperio y de la propaganda mercantilista consumista que nos han importado para borrar nuestras raíces y nuestra memoria. La verdadera Acción de Gracias la celebraremos a la Providencia cuando hallamos roto las cadenas que nos oprimen del imperio, a partir de allí no habrá ningún día negro, todos los días serán de Gran Luz para toda la Humanidad.
Fecha: 01/12/2019 Licenciada en Administración
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