Temor a la recaída. Editorial 'El País negocios' 31-10-2010
Los economistas no cesan de advertir de que la crisis financiera no ha concluido, que el sistema financiero no ha reparado sus balances de los desperfectos de la crisis inmobiliaria y que se aproximan tiempos de llanto y crujir de dientes, bien en forma de una nueva recesión, bien de double dip o recaída. Los pronósticos pesimistas tienen como fundamento la debilidad del crecimiento después de que se han retirado las ayudas públicas o los planes de estímulo.
…/…
El problema es que el plan alemán parece la mejor forma de frenar la recuperación económica en cualquier país que no sea Alemania... Una mezcla de austeridad pública en todos los países de la zona euro con una política monetaria restrictiva, que es la que se pretende aplicar de forma inmediata a instancias del Bundesbank, puede conducir sin remedio a un periodo de estancamiento o crecimiento raquítico durante un lustro.
…/…
No está claro que países como España estén en condiciones de desmarcarse de los programas de austeridad que imponen los acreedores y avala Alemania; no pueden elegir.
…/…
En el caso de España, la predicción más probable sigue siendo la de un crecimiento débil para 2011. No hay manera de conseguir tasas de crecimiento próximas al 2% (modestas, pero efectivas) si no crece la demanda y no se resuelve el problema de la oferta de crédito. La supuesta reforma financiera española, con su rosario de fusiones frías, calientes y templadas, no es más que el plano a escala de los cambios necesarios. Ahora hay que ejecutarlos: ajustar plantillas, recapitalizar balances, dotar reservas, recuperar depósitos y, por fin, que bancos y cajas se dediquen a prestar dinero a empresas solventes. Pero la ejecución se demora y el crédito sigue sin fluir. No es verdad que la crisis financiera haya concluido.
La crisis global continúa y no sabemos qué dirección podría tomar, si una guerra de tipos de cambio, por tanto una guerra comercial, proteccionista…pero de la crisis española algunas cosas deberíamos saber:
a) La primera de ellas que hay una crisis económica española concreta y específica, cuyos síntomas eran evidentes desde hace muchos años, en todo caso similar a la de algunos pocos países y
b) la segunda, que hay una crisis global, que comenzó siendo financiera internacional y muta, que afecta a España como a muchos otros y que enlazada con nuestra crisis particular nos afecta empeorando nuestras condiciones más que a la mayoría de países del mundo, y
c) tercera, que todo es relativo. En el pasado 30, 50, 70 años atrás, vivíamos bastante peor, muchos mayores han conocido penalidades muy superiores, lo cual no impide que se haya producido y/o produzca un empeoramiento comparativo respecto a otros países.
Muchas cuestiones están oscuras, pero algunas no. La realidad poco clara es la que esgrime mucha gente para generalizar y decir que nadie, políticos y economistas, sabe nada. Los otros, los lobos dispuestos a saltar a la presa, solo ven la oscuridad y conocen al responsable, quitándolo estará todo arreglado, nos dicen.
Pero como siempre la realidad es compleja y cuesta mucho entrar a conocerla e interpretarla, y la pregunta es ¿por qué hacerlo, por qué esforzarnos en comprender?, pues para poder tener control de nuestras vidas, para poder tomar decisiones con mayor conocimiento, para saber que nos sucederá a nosotros y a los que nos rodean en el futuro.
Ojalá los problemas estuvieran generados solo por una persona, o un gobierno, se cambian y todo resuelto, pero eso es como creer en los Reyes Magos o que los niños vienen de París, solo sirve para los creyentes, no es útil para traer niños al mundo, ni para cuidarlos. Tampoco nos vale el ‘ya se ve la luz a lo lejos’, acompañadas de las criticas por cenizos a los que muestran sombras, amparados en que nada está claro. Hay cuestiones que son conocidas, por ejemplo cuando un objeto se tira al alto, caerá, tardará más o menos, no sabremos el tiempo, pero caerá.
Cuando un país tiene durante años, muchos, un déficit en Balanza de Cuenta Corriente, va perdiendo competitividad, y vende menos al exterior y compra mas fuera, si aparecen datos un año tras otro de pérdida de productividad, si constantemente tenemos inflación superior a nuestros vecinos y socios, durante años necesitará recursos externos para financiar su actividad. Si en el pasado producía devaluaciones una tras otra para ajustar estos problemas y ahora con el euro resulta imposible, si además de generar poco ahorro y por tanto recurrir al exterior lo hacemos pidiendo ingentes cantidades que llevaron a tener una de las mayores ‘deuda privada’ del mundo, préstamos que además en vez de destinarlos a mejorar el sistema productivo, modernizar industrias y negocios, se enterraron entre arena y ladrillos…
Estas cosas estaban ocurriendo ante nuestras narices, varios gobiernos lo vieron pasar, con abundantes datos públicos y notorios. Sin crisis financiera internacional ya estábamos en un pozo muy hondo. Y como he comentado muchas otras veces la cabeza la tengo llena de preguntas, ‘que pasa aquí en la política’, por qué ninguna fuerza política o social empujó lo suficiente para atajar los problemas. Que pasó desde antes de nuestra entrada al euro (2001) para generar este desastre que se fue incubando y del que ahora vemos su explosión.
Hay muchos errores acumulados por parte de toda la sociedad, ahora quiero recordar el cometido por el Gobierno del Sr. Zapatero negando la evidencia durante muchos meses. Pero negarla no significa crearla. La ‘bicha’, la crisis española, ya estaba instalada aquí, pero la actitud del Gobierno y la complacencia del PSOE taponaron las explicaciones, quitaron del escenario de la izquierda el debate económico y la necesidad de reformas y lo dejaron situado en el escenario de la derecha, que se lo apropió y dio las interpretaciones convenientes a sus intereses. Dieron considerable fuerzas y armas políticas a la derecha, lo cual no solo es un error infantil, que los es, es mucho mas, porque muestra una concepción del poder y de la organización y actividad política erróneas.
El PSOE y el Gobierno, se metieron en un callejón sin salida, no podían explicar a la ciudadanía ‘la parte de responsabilidad que los gobiernos Aznar’ tenían en la crisis económica española, porque estaban diciendo que no había crisis. Si en aquellos años de crecimiento, todo supuestamente viento en popa no había denuncias de los grandes desequilibrios que llevaban al desastre, al menos haberlo hecho un poco después. Pero no lo hicieron, se callaron, luego minimizaron los daños, jugaron con las palabras para quitar importancia, confiaron en que los Reyes Magos traerían el regalo de la solución, sin saber por qué, ¿basándose en qué? Y se fueron alejando del pueblo.
Pasaron muchos meses desde que comenzó el declive con los síntomas que mostraba el paro y el resultado es que los votantes socialistas creyeron que la crisis era internacional, una crisis financiera generada en EEUU, y los votantes del PP que era responsabilidad española y el recurso al tema extranjero era una disculpa para salvarse el gobierno. (Hay un trabajo muy elocuente en este sentido, de Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez al identificar la crisis de una u otra forma, ampliamente sesgada por la adscripción de voto, del que yo publiqué un ‘breve resumen el 3 de mayo’.
Ni que decir tiene que otros actores entraron a escena, tardíamente, y la izquierda de más allá por fin aclaró todo, al mostrarnos que la responsabilidad era del capitalismo y por tanto había que cambiar el sistema. Lo anterior es muestra de la necesidad de aclarar cuáles son nuestros problemas y la situación actual de los mismos. En días pasados hablé de algunos de ellos, y seguiré revisándolos en los próximos, en general los meto en la rúbrica de ‘grandes problemas’, el paro, la economía sumergida, la competitividad, energía, necesidad de un nuevo pacto social, reformas pendientes, fiscal, etc.