- Se concreto. Limítate a lo concreto, señalando también lo que la persona hace bien, lo que no hace tan bien y cómo podría cambiarlo. La concreción es tan importante para los elogios como para las críticas.
- Ofrece soluciones. La crítica debería apuntar a una forma de resolver el problema. Si solo se dice que está mal y no el camino para mejorar, será difícil el cambio.
- Permanece presente. Cara a cara y en privado. Criticar, regañar en público avergüenza a la persona criticada.
- Permanece sensible. Es muy importante ser empáticos y tratar de sintonizar con el impacto que tienen nuestras palabras sobre nuestro receptor.
Así mismo, el que recibe las críticas debe:
- Considerar la crítica no como un ataque personal, sino como una información sumamente valiosa para mejorar las cosas.
- Darse cuenta de que muchas veces uno responde de manera defensiva en lugar de asumir su responsabilidad.
- Considerar las críticas como una oportunidad para trabajar junto a la persona que critica y resolver el problema en vez de tomarlo como un enfrentamiento personal.