Revista Cine

La "cronicaca" de los Oscars 2015

Publicado el 23 febrero 2015 por Lapalomitamecanica

Una gala tan divertida como una canción de Pablo Alborán

Si el infierno existe, seguramente proyecten en bucle la ceremonia de los Oscars de este año. No me aburría tanto desde aquel documental sobre la reproducción de los koalas. Ni un flojito Neil Patrick Harris en calzoncillos (el mejor momento de la velada, al menos) fue capaz de levantar una 87 edición sin grandes sorpresas en el desarrollo y con alguna que otra -y no agradable- en la concesión de premios (la lista completa de galardonados aquí), dejando como herencia un palmarés en el que Birdman, con cuatro calvitos (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original y Mejor Fotografía), fue la reina de la noche y Boyhood la más hostiada, lo que a muchos nos dolió especialmente, sobre todo para el que lleva doce putos años rodando un film (gracias al desafortunado Richard Linklater, hoy me siento algo menos fracasada).

Sin embargo, para la película de Alejandro González Iñárritu, que en su discurso final resaltó el éxito del cine mexicano y defendió la libertad y derechos de sus compatriotas,no salió todo a pedir de boca y es que su gran damnificado fue Michael Keaton, que vio cómo el dorado se le escapaba de las manos e iba a parar a las de ese jovenzuelo lechoso que, si bien luce espectacular en La Teoría del Todo, también ha truncado el reconocimiento de un veterano que jamás de los jamases había acariciado el estrellato como ahora y, quizá, ésta haya sido su única oportunidad tras habernos regalado el mejor Batman del cine (Burton a full) y 40 años de trabajo duro, mientras que Eddie Redmayne no llega ni a la mitad, pero bueno, está claro que las enfermedades físicas y psicológicas encantan a los académicos, ya que la otra galardonada en la categoría a Mejor Actriz fue Julianne Moore por su rol de profesora de psicología con alzhéimer, una medalla que estaba cantadísima y no hay quejas al respecto y es que ésa no ha sido sólo una condecoración a un papel, sino a toda una vida dedicada a la profesión.


Nosotros, que a punto estuvimos de sufrir una apoplegía a mitad de gala con el número musical de la Lego Película, también merecíamos una estatuilla, como la que se llevó la gran Patricia Arquette a la Mejor Actriz de Reparto por Boyhood. La rubia se convirtió en el fenómeno de la noche tras un discurso muy reivindicativo en el que pasó de cursiladas y fue directa a la crítica social y a la defensa de la igualdad, que logró sacar el hooligan que llevan dentro Meryl Streep y J. Lo.


Entre tanto jolgorio, Benedict Cumberbatch sabía a lo venía el muy cabrón, y de vez en cuando sacaba la petaca para dar unos tragos, porque aguantar el numerito-homenaje de Lady Gaga a Sonrisas y Lágrimas requiere de un par de pelotas bien grandotas y algo de ácido. Sherlock ya lo era antes, pero ahora reafirma su puesto como PUTO ÍDOLO. ¡Amo a este tío, joder! Si bien el actor no rascó perrito piloto, The Imitation Game se hizo al menos con el Oscar a Mejor Guión Adaptado, que una servidora hubiera otorgado a Whiplash, pero bueno, es que yo se los hubiera dado todos a la de Chazelle.

Tres dorados se llevó la protagonizada por Miles Teller y J.K. Simmons: Mejor Montaje, Mejor Mezcla de Sonido y, sobre todo y ante todo, Mejor Actor de Reparto, porque era eso o muerte, así de claro.

Yo lloré, lloré por el reconocimiento a Simmons y porque en la parte del In Memoriam he batido mi récord particular de personas a las que reconocí. También dicen que el momento de Glory fue uno de los más emotivos, pero a esas alturas la ceremonia se había vuelto tan irregular que parecía una merienda de negros... UPS.

Otras decisiones de esperar fue la coronación de la polaca Ida como Mejor Película de Habla no Inglesa y de Big Hero 6 como Mejor Película de Animación, aunque para muchos la de Disney no mereciera ni pipas. La Casa del Ratón también se agenció el Premio al Mejor Cortometraje Animado gracias a la simpática Buenas Migas (Feast), cuyo perrete se ha ganado la adoración de todos nosotros.

Tampoco sorprendió el galardón a Mejor Documental concedido a Citizenfour, sobre el caso Snowden, de Laura Poitras, que ya venía más que calentita de anteriores entregas de premios. La directora quiso destacar en su discurso el trabajo de los periodistas que se atreven a poner de manifiesto la verdad. Vamos, a auténticos profesionales como nosotros, que te decimos que la gala ha sido un coñazo y eso es así.

Tan real como lo fueron los cuatro Oscar a la de Wes Anderson en los apartados técnicos (Mejor Banda Sonora, Mejor Maquillaje y Peluquería, Mejor Vestuario y Mejor Diseño de Producción), lo cual desencantó a muchos de los fanses de El Gran Hotel Budapest, que pedían galardones de mayor importancia. No era su momento, pero ya llegará, amigos, y si no, todos seguiremos sabiendo que Anderson es GRANDE, con dorado o sin él.

En fin, que a pesar de lo de Boyhood, nos alegramos mucho por el mexicano, porque ha conseguido seducir a Hollywood riéndose en su puta cara y eso de burlarse de tus conquistas y tener éxito sólo lo consiguen él y 50 Sombras de Grey.


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