La cualidad más importante de un líder

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 Los textos señalan decenas. Y sin duda, todas importantes. Para mí, hay una por encima de las demás:

 Cuando un jefe dice una cosa, esa debe ser realizada.

Y es que, si no exige que se realice, si consiente el olvido o el cambio por cualquier circunstancia, la gente primero queda confusa ¿éste que quiere? Segundo, desacreditan “no lo hagas, ni se va a dar cuenta” y tercero pierden la confianza “así no vamos a ninguna parte”. A partir de ese momento, el jefe ha dejado de existir, no importa cuales sean sus otros valores, y el grupo busca alguien nuevo que le conduzca en cuanto surgen dificultades, porque sabe que en manos de un cantamañanas, carece de futuro.

¿Por qué esto es tan importante? Básicamente porque un jefe tiene dos grandes obligaciones, y solo dos: marcar los Objetivos, y llevar al grupo a que se alcancen. Si los Objetivos no están bien marcados, malo. Pero si están marcados, y cambian a tenor de las circunstancias, mucho peor. Porque no se puede alcanzar lo que varía cada día.

 Se acusa a Rajoy de decir pocas cosas. Magnífico. Quizás venimos de un tiempo donde se han dicho demasiadas. Si lo que dice es esencial, y no para hasta que se alcance, quizás lo que fije no sea la mejor resolución posible, pero tendremos resultados.

 Y para cada uno de nosotros, con responsabilidades directivas al nivel que sea, quizás los resultados de las votaciones de ayer nos ayuden a recordar este principio: un jefe debe decir pocas cosas. Pero las que diga, no puede cambiarlas a la ligera, ni consentir que no se alcancen.