Existen historias que necesitan ser contadas precisamente porque la sociedad no las quiere conocer. «La Cualquiera» es una de esas historias. Esta miniserie de cuatro capítulos nos hace aprehender la fea verdad de que actualmente existen más esclavos que en cualquier otro momento de la historia. Y, sobre todo, nos hace ver que no es que la trata de personas tenga cara de la cualquiera, la prostituta, la que termina vendiendo su cuerpo; no, esta miniserie nos explica que cualquiera puede caer en una red de tráfico de personas.
Ambientada y hecha principalmente en Costa Rica, esta miniserie de solo cuatro capítulos de entre 37 a 50 minutos corridos fue creada, guionizada y dirigida por Soley Bernal, bajo la producción de Teletica y con la ayuda de todo un equipo creativo, artístico y técnico costarricense. Fue emitida desde el 22 de junio por Teletica canal 7 y, desde que apareció su publicidad, despertó la expectativa y curiosidad de muchos televidentes.
Creo que nadie se vio venir algo como «La Cualquiera». En Costa Rica, la serie con guión de más trayectoria es una comedia y, aunque se han hecho series de corte más dramática, en el país ha sobrevivido y predominado más aquel género, tanto en las series con guión como en el teatro. Puede que sea así porque el costarricense, hasta en el arte (un ámbito que puede ser más provocativo) suele hacer lo posible por respetar el dicho «Si no tienes algo bueno qué decir, mejor no digas nada». No le gusta hacer saber que éste, el país «más feliz del mundo», es el mismo que es un lugar de destino, tránsito y exportación en el comercio ilegal de personas.
Esta miniserie viene a romper con esa ilusión de silencio. La existencia de estas redes de esclavitud es una realidad que ya muchos sabían, pero que debían hacerse ver a la mayoría. Es posible que la mejor manera para que se entendiera y se sintiera el horror de esa verdad fuera por medio del arte dramático; y la mejor manera para que llegara a más personas, a través de la televisión.
«La Cualquiera» trata sobre las historias de cuatro personajes que caen en una red de trata de personas en Costa Rica. Cada una de esas historias son basadas en hechos reales, y por medio de ellas no solo se aprende la manera en que muchas de esas redes manipulan y maltratan a las personas que esclavizan, sino también el porqué esos personajes eran vulnerables a caer en esa red de trata.
Título: La Cualquiera.
Reparto:
Adriana Víquez (Aylin).
Krystel Winiker (Sara).
William Chang (Yhong Zhang).
Irene Rossi (Giovanna).
Fernando Bolaños (Víctor).
Humberto Canessa (Renato).
Guillermo Federico Hoppe (Lu Chang).
Creadora: Soley Bernal.
Género: Miniserie dramática.
Música original por: Christian Solís.
Temporadas: Única.
Número de Capítulos: 4.
Emisión: Junio 2014, Teletica canal 7.
Confieso que no soy una persona neutral para dar una opinión de esta miniserie. Desde el primer momento que supe de ella, estuve orgullosa y emocionada de que existiera. Costa Rica no ha sido un país en donde hubiera tradición artística, recursos económicos y/o técnicos, además de cierta inclinación a la transgresión; que parecían necesarios para la producción de una serie de este calibre. Pero Soley Bernal, junto a todo un equipo de personas detrás del proyecto, acaban de hacernos ver que Costa Rica está listo y ansioso para desarrollar y hasta avanzar en producciones seriadas de calidad.
Después de ese primer momento de alegría, vinieron las expectativas. En mi caso, no fui exigente con lo técnico. Y eso ayudó a que tuviera una muy grata sorpresa cuando vi lo pulidos que estaban muchos de esos aspectos. La música original, las locaciones (urbano, costa, campo…) y los efectos especiales en maquillaje son puntos altos en la miniserie; además de ciertos momentos en la fotografía. Tiene calidad, de esa calidad latinoamericana que, de alguna manera, me hace pensar en menos presupuesto, en un esfuerzo más artesanal pero, por eso mismo, en un mayor realismo.
Tampoco fui especialmente exigente con las actuaciones. Pero también, fui gratamente sorprendida por las mujeres con los roles principales. Adriana Víquez (Aylin) hace un excelente trabajo representando la caída emocional y moral de un personaje inocente y sufrido. Krystel Winiker (Sara) representa muy bien la manera en que las personas que han vivido en violencia puede sobrevivir a ella gracias a una coraza emocional. E Irene Rossi (Giovanna) estuvo a la altura de las exigencias de su personaje, el que me parece que vivió las escenas más abiertamente violentas… Dicho sea de paso, la miniserie supo presentar la violencia sin negarla, pero sin caer en el morbo en ese afán.
En lo que sí fui exigente fue en el guión. Y, de nuevo, éste superó mis expectativas. En éste se trasluce el gran conocimiento sobre la temática de la trata, la forma en que operan sus redes y los sustratos emocionales de las personas alrededor y dentro de ellas. De esa manera, la miniserie no solo provee ambientes, historias y personajes realistas, sino que sirve también como un proyecto de prevención e información.
¡Lástima que solo son cuatro capítulos! Por temas de tiempo, Soley Bernal tuvo que hacer la historia con un ritmo más acelerado, y por más que los personajes son muy bien tratados, no se pudo hacer una profundización en la mayoría de ellos (Aylin fue la más cabalmente trabajada); al igual que, por más que trasluce conocimiento sobre la forma en que opera la trata y cómo se lucha contra ella; tampoco pudo ser exhaustiva en esa pugna que tiene tantas y tan profundas y complicadas aristas. Pero el guión las vislumbra y abre el portillo para que, el que quiera pensar, empiece a hacerlo. Claro, después de que dejas de sentir…
Lo que más me gustó: el modo en que presenta y humaniza un tema crudo y prácticamente taboo.
Lo que menos me gustó: Algunos aspectos técnicos y de ritmo.
Todas las imágenes fueron cortesía de Soley Bernal.
Mariana Esciam, para pandora-magazine.com