Una oda a la amistad. Eso es lo que ha sido para mí leer la primera novela de La Vecina Rubia.
El toque autobiográfico hace que dé la impresión de que es una amiga contándote las diferentes experiencias y personas que van marcando su vida. Además, en muchas de las aventuras te sientes identificada, si no es porque lo has vivido, es porque empatizas con los personajes.
Al leerlo te quedas con las ganas de recuperar todas las amistades que han formado parte de tu vida y, quizás, te deja un regusto de melancolía por esas buenas épocas ya pasadas.
Pensaba que iba a leer la novela de una sentada, pero fueron demasiados inputs que digerir. La autora quiere reflejar todo lo que es relevante y tantos detalles y tantas cargas de significado en todo a mí me saturaron un poco y dosifiqué la lectura mucho más de lo que pensaba.
El final me encantó y, si hay una segunda parte, también me haré con ella. Volvería a leer a esta rubia.
Me consta que entre las amigas del chat están poniendo su granito de arena para que las siguientes ediciones salgan sin errores. Yo me hice con la primera edición y, además de algunos cuantos leísmos, hay alguna errata por ahí que imagino que ya no estará en las siguientes ediciones.
Con mi abuelo aprendí que un libro no es sólo el texto o la cubierta, sino que también aportan los detalles de la portada, el colofón, los créditos o las referencias. En La cuenta atrás para el verano no se escapa ni un detalle en estas otras partes del libro y, donde menos te lo esperas, esconde algún guiño.
Y aquí viene lo mejor de todo. La propia Vecina Rubia ha sacado un poquito de su tiempo en redes para responder a mi reseña en el Club de Lectura con Brilli Brilli. Me he quedado flipando. No soy de admirar a nadie que no sea de mi círculo más estrecho, familia, amigos o buenos compañeros de trabajo. Pero esta chica es la excepción a la norma, con ese corazón que mide claramente más de 1’60 y sin redondear, es imposible no sentirse parte de su comunidad: el chat de amigas.
@clubdelecturaconbrillibrilli