Revista En Femenino

La Cuesta de Septiembre

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe
    La Cuesta de Septiembre

El curso escolar marca nuestras vidas tengamos hijos o no, seamos o no profesores, sigamos estudiando o no. Y las marca porque es cuando empezamos a arrancar tras el verano en que hemos intentado resolver nuestros planes de vacaciones y descanso. Empezamos con nuevos desafíos, a establecer nuevas rutinas esperando que mejoren las del pasado año (o curso), y a mirar hacia adelante con otras esperanzas.
La cuesta de enero se hará dura económicamente, pero la de septiembre es más dura si cabe porque no sólo lo es para el bolsillo, se resiente toda nuestra indumentaria. Hay que "cambiar el chip" y volverse un robot super organizado para resolver todas las tareas que conlleva la vuelta a la rutina, sin que ello suponga ningún tipo de declive en nuestras maltrechas columna, piernas o cabeza. Pero la verdad es que el cuerpo se resiente, y el ejercicio mental que esta vuelta al ruedo conlleva, tampoco se queda atrás minando las fuerzas de nuestra psique, nuestra voluntad, nuestro ánimo...
La cuesta de septiembre se hace dura, pero siempre hay que pensar que en poco llegará octubre y se empezará a estabilizar ese puente colgante sobre el que caminábamos. Todo volverá a su cauce y nuestras energías, que al principio parecían desfallecer, se yerguen de nuevo ante el otoño y sus dorados colores. Respiraremos el nuevo aroma de la estación entrante y encontraremos tiempo hasta para jugar entre los montones de hojas con los niños.
No tardes, octubre. Septiembre se ha hecho muy duro para todos.


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