Puede que os haya sucedido en alguna ocasión lo mismo que a mí. Os lo cuento a continuación.
Estaba preparando un nuevo bancal para mi huerto, y al mover la tierra con la azada me sorprendí al ver una lombriz de enormes dimensiones. Me extrañó una lombriz tan grande y me acerqué para observarla mejor. Pude comprobar que no se trataba de una lombriz, sino de algo bastante diferente: una culebrilla ciega. La aparté para no dañarla y seguí con la tarea, y mi sorpresa fue aún mayor al descubrir otro ejemplar. Había fijado la ubicación del bancal sobre la “vivienda” de una pareja de culebrillas ciegas.
Culebrillas ciegas
Las culebrillas ciegas (Blanus cinereus) son reptiles sin patas. Tienen ojos rudimentarios y su piel, debido a sus surcos longitudinales y transversales, tiene el aspecto de cuadrícula.
Culebrilla ciega
Tiene una longitud que oscila entre los 15 y 20 cm, pudiendo llegar a los 25 cm en algunos ejemplares.
Es único de la Península Ibérica, y se distribuye por las zonas del centro y sur (las zonas más cálidas), siendo su límite norte el río Duero.
Habitualmente es subterráneo (por eso apenas tiene visión) y es poco frecuente verlo en superficie, salvo bajo restos vegetales y piedras.
Culebrilla ciega
Es un aliado del hortelano pues su alimentación está basada en insectos, tanto de adultos como de sus huevos y larvas. Por eso no conviene matarlo.
Recalcar que no es venenoso, y en el peor de los casos, si se siente amenazado, te podría llegar a morder. Pero no hay que asustarse, su boca tiene unas dimensiones ínfimas para llegar a producir daño alguno.
Culebrillas ciegas
Espero que os sea útil este artículo y os resulte interesante.
Os remito además a mi canal de Youtube donde podréis ver vídeos sobre otros temas relacionados con el huerto, que espero también sean de vuestro interés.
Un saludo y hasta otra ocasión.