Es frecuente y común clamar contra los “antivacunas”, ese conocido “movimiento” inexistente, ante cualquier brote de enfermedad infecciosa “vacunable”. Tal actitud refleja como poco “pereza mental” y en su sentido científico es reflejo de ignorancia y/o intereses comerciales directos. Seamos escépticos, tanto con las actitudes irracionales de negar la mayor como de la tintura de Ciencia con lo que es mercantilismo y estrategias comerciales de lo más burdas: dinero a cambio de silencio o divulgación de propaganda.
En el caso de Polonia (aumento de casos de rubeola a comienzos de este año), lo reconoce correctamenteEurosurvillance, el problema es que el programa de vacunación fue incorrecto y “trasladó” la infección a los jóvenes, con lo que incrementó las posibilidades de infección de rubeola en embarazadas. Así aumentó el riesgo de “síndrome congénito por rubeola” al afectar al feto.
Hemos tenido brote de paperas (parotiditis) en España, que está coleando y aquí se debió a una vacuna defectuosa. De eso se ha hablado poco; los medios de comunicación “irresponsables” y muchos profesionales adoran titular con “antivacunas”.
Observad cómo lo cuentan en Asturias hace sólo unos días incapaces de reconocer el fallo de la vacuna. Lo hace para más inri, un diario condenado por publicar datos personales y fotografías de la menor que hace unos meses murió tras recibir la segunda dosis de la vacuna del papiloma humano Ejem, ejem.
Caliente, caliente, por cierto, el estreno de la Asociación de Afectados por Vacunas. Seguimos informando.