Revista Educación

La culpa va a ser de ‘El Equipo A’

Por Siempreenmedio @Siempreblog
La culpa va a ser de ‘El Equipo A’

Me imagino a la muerte como un ser encapuchado al que sólo le brillan los ojos. Nos mira con compasión, con cierta ternura, porque conoce nuestras fechas de partida y le resulta entrañable observar cómo nos esforzamos por cosas inútiles para quien posee la perspectiva de toda una eternidad. A mí ahora no me da tanto miedo saber que está ahí, siempre a nuestro lado, la única que no nos fallará nunca. Pero hubo un tiempo que no podía ni mentarla, entre las supersticiones heredadas y los empeños de nuestra cultura occidental para que miremos a otro lado y la ignoremos con desdén. No sé cómo afrontan la muerte las nuevas generaciones, pero la mía creció con fenómenos televisivos como El Equipo A, donde se pegaban muchísimos tiros pero nunca moría nadie. Así ha sido nuestro aprendizaje sobre este tema, un continuo machaque audiovisual en el que la muerte está siempre presente, pero es limpia la mayoría de veces, diría que hasta insípida. Y luego, en la vida real, de ese tema no se habla, que es mentar a la mala suerte. Ya llegará. Debe ser de los pocos acontecimientos de nuestra vida para los que no nos preparamos con antelación. Luego nos empeñamos en ver a la muerte como enemiga y entablar cuanta batalla sea posible con ella. Las enfermedades se llenan de terminología bélica, el paciente es un guerrero, un héroe inmerso en una batalla desigual de la que va dando pasos victoriosos. Si muere, entonces esa persona "ha perdido la batalla a una larga enfermedad". Como si alguno pudiéramos ganarle a la parca. No, la muerte es como Hannibal, con su puro atravesado en la boca y sonriendo porque los planes siempre le salen bien.


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