La mayoría de las iniciativas culturales y en materia de educación que el alcalde, Juan Ignacio Zoido, prometió en su ambicioso programa electoral brillan por su ausencia hasta ahora. Esto es fácilmente contrastable, lo único que hay que hacer es leer el programa electoral con el que se presentó en 2011 a las elecciones municipales para corroborarlo. Tal vez las únicas excepciones dignas de mención por su indudable talla son la exposición Santas de Zurbarán y el Festival de Cine Europeo, que ha subido bastante el listón.
Por lo demás, en esta área Zoido vuelve a ofrecer a los sevillanos más de lo mismo: infinidad de proyectos muy ambiciosos de difícil, cuando no imposible, concreción posterior. Estamos en un contexto de crisis y cuando esto ocurre ya se sabe quiénes son los candidatos a pagar el desaguisado. Si la crisis arrecia, la educación y la cultura son siempre las primeras en sufrir los envites de la ola de recortes. Es lo que ha ocurrido, sin embargo Zoido no puede alegar en su defensa desconocimiento de esta circunstancia cuando elaboró su programa electoral.
Comprendo que a los gabinetes de comunicación, encargados de envolver al alcalde en el celofán con el que lo venden a los ciudadanos, les contraríe este tipo de juicios y aseveraciones tan tajantes, después de llevarse dos años de arduo trabajo en hacer parecer que hay algo en lo que en realidad es un páramo desolado. Pero es la pura realidad de lo ocurrido.
El sacar adelante iniciativas como Sevilla Welcome para recibir a los nuevos jóvenes residentes temporales en la ciudad o la famosa Operación Talento, a 22.000 euros la edición, no se puede considerar un proyecto cultural para una ciudad como Sevilla por mucha imaginación que se le eche.
Tampoco lo es ser el máximo responsable de que se haya malogrado el proyecto del Caixaforum en las Reales Atarazanas y conseguir que se volaticen los 25 millones de euros previstos para su rehabilitación, por mucho convenio que se firme después con la entidad bancaria para su traslado a la Torre Pelli.
Y ni siquiera basta con firmar con la Archidiócesis de Sevilla la creación de Patrimonium Hisplensis con el fin de proteger el patrimonio religioso y ponerlo al alcance de los ciudadanos. No es que se trate de algo reprochable, pero al menos sí un motivo para recordarle al alcalde que también existe arte y cultura fuera de los muros de las iglesias.
Es cierto que con un recorte del 26% en 2013 con respecto a 2011 en cultura, juventud y deportes no se pueden hacer grandes cosas. Pero no deja de ser significativo que es en estas tres áreas precisamente donde el tajo asestado es de mayor calado, sobre todo si se le añade el ajuste del 12,5% que se ha producido en Educación en el mismo período.
En esta materia a Zoido todavía se le espera, a pesar de las dificultades del envite, cuando ya han transcurrido dos años desde que tomó las riendas de la ciudad. Un análisis más detallado al respecto lo tienes a tu disposición en “De espaldas a la cultura y a los jóvenes” dentro del balance de los dos años de gobierno que estamos realizando en sevilla report y sevilladirecto.com.