Texto: José Antonio Millán. Publicado en Babelia. El País.com. 27/11/2010.
Los hispanohablantes somos unos 450 millones. Podría pensarse que constituimos un espacio abierto a la circulación de todo tipo de obras, pero la verdad es que hay numerosos compartimentos estancos. Vamos a explorarlo en los medios escritos.
Comencemos por los libros: España produce al año unos 70.000 títulos. Muchos se venden en Hispanoamérica o en países con población hispanohablante, aunque esta exportación ha disminuido recientemente. Los receptores más importantes son: México, Argentina, Estados Unidos y Colombia, según la Federación de Editores de España.
La América hispanohablante (con diez veces la población española) edita grosso modo tantos libros al año como España, sobre todo en Argentina, Colombia y México. La edición americana está marcada por nuestro país: en 2006 una cuarta parte de los libros editados en América era de autores españoles, según CERLALC, mientras que a la inversa es posible que no lleguen ni al 3%. Una de las razones es que abundan las filiales americanas de grupos españoles: Océano y Santillana tienen editoriales en casi todos los países americanos. Hay también, con menor peso global, editoriales de la otra orilla actuando en España: el mexicano Fondo de Cultura Económica, la colombiana Norma o la argentina Katz Editores.
Los intercambios son también desiguales: el 20% de las importaciones de libros que realizó Latinoamérica durante el año 2008 fueron de origen español, mientras que las exportaciones de estos países a España fueron de apenas un 2%.
Ahora se habla mucho de libros digitales, pero hay que recordar que aunque Internet no tiene fronteras, los derechos de autor que adquieren las editoriales, sí. La versión en e-book de una novela sólo podrá venderse en España, o sólo en México, o cualquier otra restricción geográfica. Los 4.000 libros que este año comercializará la distribuidora de libros digitales Libranda, que agrupa importantes editoriales españolas, están dirigidos a su mercado local, aunque en el futuro planea distribuir también con licencia americana.
¿Qué libros en español son los que realmente pueden ser leídos sin fronteras? (aparte, claro está, de las copias no autorizadas que circulan por la Red): las obras libres de derechos que contienen sitios como Google Libros (http://books.google.es/), en número desconocido, o la Biblioteca Digital Hispánica (http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigital/), con 14.000. Un caso destacable es la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (http://www.cervantesvirtual.com/), con 60.000 libros, incluidos importantes fondos hispanoamericanos. Pues bien: el 64% de sus visitas proviene de Latinoamérica.
El mundo de las revistas culturales es peculiar. Sus canales han sido la suscripción (decreciente, sobre todo por problemas del correo) o la venta en librerías, ambos en peligro. ARCE (http://www.arce.es/), la asociación de revistas culturales de España, reúne 110 cabeceras de todos los temas. La mayoría tiene además versión, sobre todo parcial, en la web. En América también hay destacadas revistas: las mexicanas Artes de México (un lujo de edición) o Replicante (trimestral hasta 2009, y ahora sólo en la web y con un número anual en papel). En Colombia El Malpensante y Número; y en Perú, Etiqueta Negra. Argentina tiene Otra Parte, La Mujer de mi Vida, y el veterano Diario de Poesía, un tabloide de venta en quioscos. Pero la sensación general es que son un medio en retroceso.
La única revista en papel que se edita en ambas orillas de la lengua es Letras Libres, fundada en México en 1999, con edición española desde 2001. Publica en su web los contenidos de ambas ediciones.
¿Funciona bien el intercambio de autores entre ambas orillas? Manuel Ortuño, presidente de la asociación ARCE, opina: “No hay estudios, pero tengo la impresión de que hay muchísimos más latinoamericanos publicando en revistas españolas que a la inversa”.
Sí: cuesta vender revistas en América, pero la venta electrónica (de bites, no de átomos) puede ser la solución: la mitad de las revistas de ARCE están a la venta para todo el mundo en http://www.quioscocultural.com. Dado que las revistas suelen encargar los artículos que publican, sus derechos digitales no tienen por qué tener límites geográficos.
Como hemos ido viendo, muchas de las revistas están también disponibles gratis en la web. Una trayectoria típica es la revista que empieza en papel, pasa a estar también en la web y, por último, a estar sólo en la web. Este es el caso de La Factoría (http://www.revistalafactoria.eu/), revista catalana de pensamiento social, fundada en 1996. En 1997 empezó a colgar sus contenidos en Internet y desde 2008 es totalmente digital. En su etapa de papel tenía ligeramente más suscripciones en España que en América, y la proporción se ha mantenido en la web: 50% de visitas desde España y 40% desde América.
Hay excelentes revistas gratuitas puramente digitales, como Revista Digital Universitaria (http://www.revista.unam.mx/), mexicana, mensual, que existe desde 2002, con temas monográficos: el último, Filosofía del Renacimiento. Otras son la española Narrativas (http://www.revistanarrativas.com/), trimestral, activa desde 2006, dedicada a la ficción española y latinoamericana, o la argentina mensual Otro Cielo (http://www.otrocielo.com/), nacida este mismo año. Ambas están editadas en PDF.
¿Cuántas revistas puramente digitales habrá? Itinerario, Directorio Cultural de Hispanoamérica (http://www.letralia.com/itin/) lista unas 300, tanto americanas como españolas, que se podrían considerar como culturales. Muchas no serían revistas desde un punto de vista legal: por ejemplo, carecen de ISSN, identificador internacional para estas publicaciones. Son webs o blogs con pretensiones de cierta periodicidad. Pero si uno introduce en Google la expresión “revista digital” o “revista on line” se topará en total con 348.000 resultados para España y 310.000 de países hispanohablantes. En un muestreo, más de la mitad son páginas webs autodefinidas como “revistas”. Los países más activos en la web parecen ser España, Argentina, y a mucha distancia México y Chile.
Además, existen sitios webs y blogs colectivos en español que no se autoconsideran revistas, pero ofrecen periódicamente obras y reflexiones sobre la cultura. Sólo una minoría de ellas son de gran calidad, pero ¿cuál es el porcentaje de excelencia entre los contenidos de un quiosco de los libros editados? Y una pregunta interesante es: ¿quién lee estos sitios?, ¿público hispanohablante de cualquier país? Lamentablemente, creo que no: están confinados a sus comunidades de origen. A la espera del estudio serio que merecen, se observa que estos blogs argentinos, mexicanos o españoles presentan comentarios (que son, muchas veces, la única pista sobre sus lectores) sólo con los rasgos lingüísticos de su entorno. Google, puerta de acceso a cualquier tema, que antes nos devolvía resultados de todas las esquinas de la web, cada vez es más local en sus búsquedas, y eso nos priva del placer de la serendipia, del hallazgo casual de una perla escrita en cualquier región de nuestra lengua.