La cuna de las estrellas | Science

NGC 3372

A 7500 años luz de distancia de nuestro planeta existe un lugar catalogado como NGC 3372. No es muy especial, solo es una nube de polvo cósmico y materiales que abarca una región del espacio que la luz tarda 300 años en recorrer. Usamos estas medidas para hacernos una idea de las titánicas dimensiones de las que estamos hablando, pues los km solo nos sirven para la escala terrestre. 
NGC 3372 tiene un nombre más mundano, es la llamada Nebulosa Carina. Probablemente os estaréis asombrando con las imágenes o proporciones de dicha nube de colores y luz, pero lo realmente importante de Carina es que este es el lugar en el que las estrellas nacen.
La nebulosa Carina es la madre de muchas estrellas que recorren el universo. Pero… ¿Cómo nace una estrella? 

Nacimiento de una estrella

Las estrellas siempre han poblado nuestros sueños, cuentos y creencias. Por suerte para nosotros ahora sabemos bastantes más cosas sobre ellas, aunque también es cierto que desconocemos la mayoría. Una estrella es una enorme bola de material caliente sometido a grandísimas presiones. Emiten radiación y en su núcleo se da la fusión nuclear.
Sin entrar en detalles, nuestro mundo y nosotros mismos existimos gracias a las estrellas. ¿Cómo es eso posible? Paso a paso, todavía vamos por el nacimiento.
Si volvemos a nuestra guardería de estrellas, la nebulosa Carina, comprobaremos que allí solo hay una fría y vasta extensión de polvo y gas cósmico. Esos son los materiales elementales de las estrellas: gas y polvo. Como todo en este universo, hasta el gas y el polvo están sujetos a las leyes de la física, las únicas leyes que no se pueden violar. 
La gravedad que nos mantiene sujetos al suelo es la responsable de que dicho polvo y gas cósmico comience a agruparse. A medida que se junta, mayor es la densidad y la presión del gas y el polvo, por consiguiente la temperatura empieza a aumentar. Finalmente se consigue alcanzar una temperatura tan alta que se llega a la fusión nuclear. Cuando llegamos a este punto podemos hablar de una estrella recién nacida.
Una estrella es un cuerpo de proporciones titánicas, y se mantiene relativamente estable gracias al equilibrio que existe en su interior entre dos grandes fuerzas. Las reacciones nucleares que se dan en el interior (o núcleo) de la estrella empujan el gas hacia fuera, mientras que debido a su enorme masa, la fuerza de la gravedad hace que se contraiga sobre sí misma. La fuerza nuclear del interior evita que la estrella colapse, y la fuerza de la gravedad mantiene a la estrella estable. 
Volvamos con nuestra recién nacida estrella, normalmente estas estrellas tan jóvenes están rodeadas de un disco de materiales cósmicos que giran alrededor de ella (debido también a su gravedad).
En algunos casos, este disco de polvo y deshechos puede agruparse y formar un sistema planetario, igual que el nuestro. Pero normalmente esta espiral es barrida por la radiación que emite nuestra bebe. 

Las Pléyades 

Todo en este universo se mueve: nosotros, nuestro planeta, nuestra galaxia… Nuestra estrella no iba a ser menos. Las estrellas recién nacidas abandonan su lugar de nacimiento. Cuando la nebulosa es muy grande (como es el caso de Carina) da lugar a múltiples estrellas, donde múltiple es un eufemismo de millones. Así pues durante sus primeros miles de millones años de vida, esas estrellas hermanas permanecen juntas, atraídas y conectadas por la gravedad que las mantiene unidas.
Esto da lugar a algunos sistemas curiosos de estrellas múltiples, como las ceféidas o las Pléyades (ya os hablare de estas estrellas) pero finalmente algunas estrellas siguen su camino en solitario. Así pues, si durante su infancia nuestra bola de gas incandescente tiene compañía, acabara siendo una estrella más en el firmamento, alejada años luz del resto de sus compañeras.
Las estrellas nacen, crecen, evolucionan. Finalmente, también mueren. Pero eso será una historia que os contare en otro momento.