Revista Cultura y Ocio

La cúpula, de Stephen King

Publicado el 05 septiembre 2013 por Sasy
La cúpula, de Stephen KingLa cúpula (Under the dome) · Stephen King (traducido por Roberto Falcó Miramontes y Laura Manero) · Debolsillo · 1136 páginas · 10'95€ · Junio 2011
En una soleada mañana de otoño en la pequeña ciudad de Chester's Mill, Claudette Sanders disfruta de su clase de vuelo, y Dale Barbara, Barbie para los amigos, hace autostop en las afueras. Ninguno de los dos llegará a su destino...De repente, una barrera invisible ha caído sobre la ciudad como una burbuja cristalina e inquebrantable. Al descender, ha cortado por la mitad a una marmota y ha amputado la mano a una mujer que estaba arreglando su jardín. El avión que pilotaba Claudette ha chocado contra la cúpula y se ha precipitado al suelo envuelto en llamas. Dale, veterano de la guerra de Irak, ha de regresar a Chester's Mill, el lugar que tanto deseaba abandonar.El ejército pone a Barbie al cargo de la situación, pero Big Jim Rennie, el hombre que tiene un pie en todos los negocios sucios de la ciudad, no está de acuerdo: la cúpula podría ser la respuesta a sus plegarias.A medida que la comida, la electricidad y el agua escasean, los niños comienzan a tener premoniciones escalofriantes. El tiempo se acaba para aquellos que viven bajo la cúpula. ¿Podrán averiguar qué ha creado tan terrorífica prisión antes de que sea demasiado tarde?

Ya había leído antes alguna novela del prolífico autor americano (los dos primeros de la saga de La torre oscura, El resplandor y alguna otra), pero sin embargo nunca me había adentrado en sus novelas más “realistas”… si es que se puede definir así La cúpula, que de realista tiene más bien poco. El caso es que los temas que trata son más del día a día, y a eso me refiero con el realismo que tiene.

En La cúpula el autor nos introduce en Chester’s Mill, un pueblo que de pronto se ve separado del resto de los Estados por una gran cúpula invisible que, cuando baja, parte a una marmota a la mitad (ugh, grotesco) y hace que una avioneta se estrelle, así como varios coches. Así es como el pueblo pasa a ser un lugar cerrado, y esto hace que ciertas personas aprovechen para pasarse las normas y reglas por el forro. Los personajes son todos muy realistas, es increíble, parecía que iban a salir del libro y ponerse a hablar a mi lado. Son personajes humanos, que se equivocan, que son buenos o malos, o corruptos, que solo miran por su propio ombligo y que no se paran a pensar dos veces lo que van a hacer porque, al fin y al cabo, no hay nadie que se lo vaya a reprochar.
¿Qué pasaría si esto sucediera, si una cúpula aislara un pueblo? Podría ser que la gente se organizara de manera honrada, ayudándose los unos a los otros… pero sinceramente, no lo creo así. De hecho, y esto es lo que hace a La cúpula más terrorífica: pienso, de veras, que lo que pasaría sería esto que King nos cuenta. Toda la corrupción, las muertes, el no preocuparse por los demás… triste, sí, pero así es el ser humano a veces. Y qué maravilla de novela ha creado este hombre, que desde la primera página, con el primer accidente, te engancha. Quizás esto se deba a lo bien que está escrito: alterna tiempos (está contado en pasado, pero de vez en cuando pasa al presente para hacer una especie de vueling por el pueblo), de persona (como si él mismo fuera una brisa que pasa por Chester’s Mill y te cuenta lo que ve) y cuando simplemente habla normal es una maravilla de la que disfrutas muchísimo.La cúpula, de Stephen KingOtra de las cosas que ha terminado de encandilarme es que si bien es un libro que tiene la friolera de casi 1200 páginas, engancha desde la primera página con unos acontecimientos surrealistas pero a la vez muy creíbles. Os juro que no sé cómo hace eso, pero consigue que creamos que esto puede pasar, algo que parecería imposible. El caso es que vamos leyendo, y vamos leyendo, y cuando llegamos al ecuador de la novela nos damos cuenta de que ¡vaya!, no podemos parar de leer y tenemos que seguir enfrente del libro, a pesar de que tenga una letra horrorosamente pequeña (en mi caso, la edición de bolsillo; imaginad). No solo eso sino que además según van pasando las páginas y no se soluciona, empezamos a temer que no acabe, que la novela no tenga un final satisfactorio… y eso, para una maniática de los finales redondos, sería horrible, ¿verdad?
Sin embargo, a mí el final me ha dejado muy, muy contenta. He leído muchas críticas que lo tachan de surrealista y ridículo; lo primero lo entiendo, lo segundo no tanto. Y es que en un primer momento enarqué una ceja, pero luego, reflexionando, me di cuenta de que la otra opción posible era mucho peor, no sé, ese toque especial que le da al final el autor es lo que hace que La cúpula sea tan diferente. A lo mejor soy yo, que soy muy fantasiosa, pero el caso es que las últimas páginas, esa última, digamos, experiencia, me encantaron. De hecho, tras leer el último capítulo (un par de veces, porque no quería acabar), no tuve más remedio que ponerme a cantar y a bailar por la habitación. De verdad, a cantar. Y por la noche, cuando pensaba en el libro, se me ponía una sonrisita. “Jolín, Stephen, eres un capullo”. Y así. Sí, lo recomiendo. Lo recomiendo muchísimo; no le tengáis miedo; es grande, pero no gigante, y no debería asustar.
La cúpula es un libro maravilloso, que me ha mantenido pegada a sus páginas desde el principio y más aún según iba avanzando. Empieza bien y acaba mejor, sus personajes son realistas y es tan “lo que pasaría si esto sucediese” que da hasta miedo. Sin duda, una novela muy recomendable que recordaré siempre con una sonrisa de oreja a oreja.

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