El proceso de curación, un proceso por el que pasamos a lo largo de nuestra vida en repetidas ocasiones, unas veces conscientes y otras, muchas, inconscientes de los factores que contribuyen al mismo.
Inevitablemente, en la mayoría de los casos la curación pasa irremisiblemente por una fase de dolor. La cirugía, la ultima instancia para muchas enfermedades, es una prueba de ello. Las operaciones suelen ser dolorosas, las anestesias molestas o malas, y la incomodidad y el cansancio se acumulan.
Una mala gestión del dolor, y un umbral bajo de resistencia a las situaciones adversas hacen que muchos pacientes se transformen en impacientes empeorando aun mas su situación.
Rendirse, aceptar lo que hay, dejarse llevar sin oponer mucha resistencia, no pensar, y utilizar técnicas de respiración y visualización creo que podría mejorar mucho las convalecencias y los posoperatorios.
Transformar situaciones, a priori traumáticas, en experiencias para el crecimiento personal creo que es una clave importante que debería valorarse para completar los procesos curativos.
Un buen feed back con tu cirujano, entender que es un amigo no un invasor o un portador de dolor y malas noticias, confiar en la situación, confiar en la propia naturaleza, en Dios, y respetar los tiempos de curación creo que es muy importante.
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