Una colaboración de Iván La Cioppa para HRA.
Como parte de la investigación para la redacción de mi novela “La legión que vino del mar”, ha despertado en mí mucha curiosidad el uso del color azul para la vestimenta de la Legio I Adiutrux. Esta era una anomalía para los legionarios romanos que solían llevar túnicas y capas rojas o blancas. Vegecio, en su «Epitoma rei militaris», afirma que los marineros de la flota imperial vestían túnicas tan azules como el mar para camuflarse e incluso los barcos y las velas a menudo se teñían del mismo color. La Legio I Adiutrix era una legión naval, creada alistando los marineros de la flota de Miseno y la indumentaria azul ha de ser considerada como un legado de su origen marítimo.
Classiarius de la flota de Miseno
Fuera del ámbito militar, sin embargo, este color no era muy considerado por los romanos que ni siquiera tenían un término para indicarlo. De hecho, utilizaron palabras que lo identificaban como matices de otros colores: «caeruleus», «cyaneus» o «venetus». Las razones de esta connotación negativa son múltiples. En primer lugar, el azul se obtenía de dos plantas: el glasto (Isatis tinctoria), en el norte de Europa, y el índigo (Indigofera tinctoria), en el Oriente. En ambos casos el proceso de fabricación era muy largo y complejo, lo que hacía que el coste del tinte obtenido fuera muy elevado y, por si fuera poco, era muy difícil fijarlo al tejido.
Además de las razones económicas, hubo otra de origen sociocultural. El azul era un color bárbaro ya que era muy utilizado por germanos, galos y británicos para teñir sus cuerpos. De hecho, el término que empleamos hoy en Italia para el azul marino, “blu”, deriva del germánico “blau”.
Celta pintado de azul
En Oriente, sin embargo, las túnicas azules eran muy corrientes: en efecto, la palabra “azul” proviene del árabe “azraq”. En consecuencia, vestirse con este color en Roma, especialmente en el período republicano y durante el principado, se consideraba inapropiado. El azul marino (el tono más odiado) se consideraba nada menos que el color del infierno y la muerte, y se usaba en los funerales.
Legionario de la Legio I Adiutrix(Foto Iván la Cioppa)
La mala reputación del azul también afectó a la genética. Los ojos azules se consideraban portadores mala suerte, poco virtuosos y ridículos. Las fuentes nos dicen que Galba tenía ojos azul oscuro y esto acentuó su reputación de emperador malvado y cruel. Este significado se desvaneció gradualmente, gracias a la mezcla de elementos de la cultura bárbara en la cultura romana. Un ejemplo típico de esta evolución se realizó en las carreras de carros en el circo que emocionaron, en ocasiones de manera exagerada, a gran parte de la sociedad romana y a algunos emperadores. En ellas compitieron varias facciones opuestas, también con connotaciones políticas, siendo los verdes y los azules: dos colores notoriamente bárbaros y, durante mucho tiempo, despreciados las dos más seguidas en el mundo romano.
Iván La Cioppa es el autor de la excelente novela "La legión que vino del mar" pincha sobre el título si quieres hacerte con un ejemplar.