La curva que todo endereza

El pájaro no canta porque sea feliz, es feliz porque canta”. William James, filósofo y psicólogo americano (1842-1910).

La risa es una poderosa medicina natural. Numerosas investigaciones han demostrado sus efectos beneficiosos sobre diferentes aspectos de nuestra salud física. Pero tal vez el hallazgo más relevante sea su influencia en la salud psíquica, en el bienestar emocional.

Se han llevado a cabo una gran variedad de estudios sobre la risa: por qué nos reímos, si lo hacemos desde que estamos en el vientre materno, la similitud con las expresiones de los primates, los tipos de sonrisas y de risas que existen… Respecto a su contribución a la salud, algunas de las principales conclusiones a las que se ha llegado son:
- Contribuye a reducir el estrés.
- Disminuye la sensación de dolor.
- Beneficia a la tensión arterial.
- Estimula el sistema inmune.
- Mejora el ritmo cardiaco.
- Las carcajadas incrementan la capacidad pulmonar.
- Aumenta el tono de la musculatura de la cara y el cuerpo.
- La risoterapia ha mejorado el cuadro de personas con colesterol alto o diabetes.
- Aporta atractivo físico y ayuda a que te recuerden.

Poderosas razones para motivarnos a sonreír, ¿no les parece? Y de la misma manera que nos proponemos destinar un tiempo al día -o a la semana- al ejercicio físico si nuestra actividad cotidiana no lo supone de por sí, deberíamos hacerlo al humor.

Cuando nos sentimos bien se nos dibuja automáticamente una sonrisa. Lo interesante es que se ha demostrado que también sucede al revés: cuando sonreímos, contribuimos a sentirnos mejor. El cerebro es fácil de engañar, si sonríes interpreta que estás contento y te proporciona sensaciones placenteras. Está comprobado que incluso una sonrisa forzada provoca que generemos serotonina y endorfinas. No tiene sentido por tanto esperar a tener ánimo para hacer una actividad determinada, sino hacerla cuanto antes para experimentar un cambio en el estado de ánimo. Aunque estés triste, si actúas como si fueras dichoso, acabarás siéndolo. El comportamiento tiene el poder de modificar el sentimiento y el sentimiento cambia el pensamiento.

Toca deducir entonces que debemos preocuparnos menos por alcanzar la felicidad y ocuparnos más de simplemente ser felices. Tenemos a nuestro alcance gestos sencillos, y de lo más baratos, para conseguirlo. Podemos hacer lo posible por rodearnos de gente (sonreímos 30 veces más estando en grupo que solos), provocar situaciones divertidas, ver una comedia, hacer cosquillas, contar chistes… y aprender a reírnos de nosotros mismos (nos aseguramos de que nunca nos faltará diversión).

Te propongo un reto: hazlo, inténtalo 21 días seguidos (plazo en el que se ha establecido que se crea un hábito y deja de suponer un esfuerzo). Además de sentirte mejor, lo contagiarás. Y, si a esa altura, no has quedado satisfecho con los resultados, te devolveré las sonrisas :)

Smile, música compuesta por Charlie Chaplin (tema de la película Tiempos Modernos), letra de Geoffrey Parsons, interpretada por Michael Jackson.