La custodia de los niños es una de las consecuencias más graves de la separación. Aún cuando el divorcio esté mas que justificado en los casos en las parejas ya no pueden o no quieren seguir juntas, los niños son generalmente quienes pagan los platos rotos de una mala relación. Hasta ahora lo considerado «normal» es que los peques se queden junto a su madre porque… «¿dónde podrían estar mejor?». El problema se suscita cuando los motivos de la separación se relacionan con un engaño, por ejemplo. Una mujer herida puede ser muy peligrosa. Si se siente engañada y traicionada, no dudará en alejar a sus hijos para hacerle daño a su ex pareja. Y entonces ¿dónde están los derechos del padre?
En ningún caso justifico el engaño y la traición en el matrimonio. Estoy en pro de la honestidad y de las relaciones claras. Para mi es todo o nada, sin medias tintas, pero creo que los niños no tienen la culpa de la situación. Un mal esposo no tiene porque ser necesariamente un mal padre. Hay casos documentados de mujeres que han inventado que sus parejas las han maltratado y golpeado solo para mantener la custodia absoluta y evitar que los menores vean a su papá. ¿El motivo? Lastimarlos por venganza.
Pero ¿y los niños? ¿Acaso esas mujeres no saben que lo mejor para los chicos es sentirse amados por su padre y por su madre? Que una mujer utilice la lucha que existe contra la violencia de género solo para vengarse es algo que me supera. Ir a comisaría a poner una denuncia falsa por agresión y hacer que los funcionarios pierdan el tiempo solo para que una mujer se salga con la suya, es una falta de respeto para con las víctimas que han muerto en manos de sus parejas.
Por eso me alegra saber que el pasado mes de julio, el Senado aprobó una moción que insta al Gobierno español a realizar las reformas necesarias para que la custodia compartida de los hijos sea considerada el régimen preferente que deberá adoptar el juez en los procesos de separación y divorcio.
Se mire por donde se mire, esta reforma no tiene pérdida. La medida no solo permitirá una custodia justa y necesaria, sino que obligará a los progenitores a involucrarse en la educación y el desarrollo del menor, algo que hasta ahora era -casi- competencia exclusiva de las mujeres separadas.
Claro que también hay padres que no se ocupan para nada de sus hijos, o que se limitan a pasar la pensión asignada por un juez y se olvidan del tema. Lo importante es estudiar meticulosamente cada caso para evitar errores siempre pensando en lo más importante: el bienestar de los niños.
Aunque las ventajas de la custodia compartida son muchas, estás tres son fundamentales:
- Disminuye el riesgo del impago de pensión.
- Evita que los niños rechacen al padre que no tiene la custodia, ya sea influenciado y por que se siente abandonado.
- Evita que los niños sean manipulados y utlizados para pejudicar a uno de sus progenitores.
Una cosa debe quedar clara: los dolores de parto no otorgan a la mujer derecho de exclusividad sobre los hijos. No por haberlos parido puede adueñarse de ellos, lastimarlos o separarlos de su padre sin justificación alguna. Los papás también pueden exigir estar con los pequeños el tiempo necesario para formar parte de su vida.