Año: 2012.
Género: Horror.
País: Reino Unido - Canadá - Suecia.
Duración: 95 minutos.
Dirección: James Watkins.
Intérpretes: Daniel Radcliffe, Ciarán Hinds, Janet McTeer, Liz White, Roger Allam, Tim McMullan.
"El joven abogado Arthur Kipps viaja a un remoto pueblo para organizar los trámites de una clienta recientemente fallecida, pero en su hogar encontrará el fantasma de una mujer despreciada, que está buscando venganza."
En una época en la cual el horror no está pasando por su mejor momento, el británico James Watkins sorprendió hace unos años con su brutalmente realista Eden Lake (la cual presentaba a un en ese entonces no tan conocido Michael Fassbender como coprotagonista) Para su segundo opus fílmico prefirió apostar a lo seguro y con La Dama de Negro crea una atmósfera incómoda con una historia de fantasmas que ya vimos mil veces, pero que sigue funcionando considerablemente bien.
Basada en el gran exponente de literatura gótica de Susan Hill, La Dama de Negro se enorgullece de ser la primera película del joven Daniel Radcliffe después de terminada la descomunalmente popular saga Harry Potter. Su papel no será recordado por su gran profundidad, pero Radcliffe sabe manejarse correctamente a través de la trama. De entrada ya hay que atajarse con el hecho de que el protagonista sea tan joven y haya logrado tan poco en su corta vida (se casó, tuvo un hijo - que acusa unos 4 años - y es abogado) pero una vez pasado este incómodo detalle bien se puede disfrutar de un papel extraño a los ojos del joven mag, digo, del joven actor. Junto a él hay un elenco que secunda muy bien, en especial el siempre regio Ciarán Hinds como el hombre rico del pueblo mediocre que no cree en supersticiones, y su esposa, una casi desperdiciada pero interesante Janet McTeer, a la que se la ve bien cómoda en una película del género.
La historia, escrita por Jane Goldman (una de las responsables de la entretenida Kick-Ass y la superior X-Men: First Class) está rellena de sustos de manual pero varios están sencillamente bien posicionados y, para aquel que no haya visto nunca una película de terror con fantasmas, pueden funcionar. Dicha trama avanza poco a poco, con cordialidad, introduciendo al espectador en su juego siniestro, pero nunca logra llegar a un punto cúlmine; en verdad, la noche en la mansión puede llegar a ser espeluznante por la cantidad de sustos combinados que tiene ese solo tramo, pero en la transición hacia el capítulo final de la película, se deja ver una notable falta de empuje como para terminar el cuento con un portazo masivo.
Sin duda, el aspecto más destacable de esta producción es la dirección y la increíble puesta en escena; Watkins no defrauda y sigue acumulando buenos proyectos en su cartera de trabajo, mientras que el diseño de producción es maravilloso con una recreación muy victoriana del pueblo venido a menos de impacta. No menos impactante es esa mansión enorme y casi en ruinas que ocupa un lugar privilegiado en la trama, llena de recovecos y lugares oscuros, ideales para cualquier aparición espectral.
No puede pasarse por alto que la otra gran estrella de la película es el apartado de sonido: cuando no está en presencia la fabulosa banda sonora de Marco Beltrami, los efectos de sonido le ponen a uno la piel de gallina y los hará pasar más de un mal trago en la suficiente hora y media de film.
Tradicional a más no poder, La Dama de Negro elige sugerir sustos antes que utilizar imágenes sangrientas; con un gran elenco, una dirección loable y una historia inquietante, quizás sólo sirva a los ingresaante al género, ya que no ofrece nuevas ideas para los fanáticos acostumbrados al terror
Calificación: B-