Jugar con el espacio y el tiempo
Clasificación: Novela
Editorial: Plaza Janés / Penguin Random House
Hay obras que nos apetece mucho leer y que por un motivo o por otro van quedando demoradas. Sin embargo, no dejamos de mirarlas por el rabillo del ojo –como diría Andújar Oliver- con el firme propósito de leerlas en cuanto sea posible.
Es el caso de esta La dama del cisne, de Carmen Torres Ripa –Editorial Plaza Janés / Penguin Random House- que por fin he podido retomar después de una buena temporada queriendo reseñar.
La novela arranca con el célebre síndrome de Stendhal cuando un hombre cae fulminado en una exposición en el Museo del Louvre ante un cuadro de Leonardo da Vinci. Encontramos así un extrañamiento inicial que nos hace pensar en la muerte fulminante de un hombre ante la visión de un cuadro de incomparable belleza. Sin embargo, quien parecía no tener ni respiración ni pulso ni color ni calor, se repone asombrosamente y se fuma un cigarro con su atónito acompañante gracias a la intervención de otra joven que se presenta como amiga del afectado.
La historia es muy del gusto actual con series como El Ministerio del Tiempo y autores que han trabajado esta técnica de manera magistral como Félix J. Palma. La idea consiste en personajes inmortales que conviven con otros mortales. Esto da una perspectiva temporal muy distinta y hace que la reflexión sobre la evolución del hombre tenga una óptica apasionante y divertida. La referencia más evidente de toda esta cuestión, sin duda, el célebre El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
No quisiera dejar de hacer una recomendación a los que se animen a leer la novela. Intenten entrar en algún buscador e ir disfrutando de los cuadros y lugares que se van citando en el relato. Les aseguro que merece la pena. Ahora ya no hay excusa ya que aunque vayamos en transporte cualquier teléfono móvil nos facilitará la operación. La lectura se retrasará un poco pero a cambio podrán disfrutar de las obras más bellas del Renacimiento italiano. Si en algo aprecian mis consejos no pierdan la ocasión de hacerlo.
También me ha gustado el tempo narrativo ya que es ágil pero no el de la típica novela policíaca que se va acelerando y que acabamos a la carrera porque no podemos parar de leer. Es, según mi modesta opinión, casi el tempo y la extensión idóneos para la novela contemporánea. Es decir, ni nos quedamos con la sensación de que haya faltado o sobrado nada ni con la de que el ritmo nos ha acelerado o se nos ha hecho un poco cansino. En definitiva, de los muchos aciertos del relato, este me ha parecido el más destacado ya que es muy difícil dar con la medida y el ritmo exactos. En este caso alabo el gusto de la autora porque creo que acierta de lleno.
Sigo con los aspectos formales ya que el tamaño y el peso del libro son adecuados y, a pesar de su pasta dura, no considero que ni el peso ni el tamaño sean impedimento ninguno para llevar el libro a cualquier sitio. Esa pasta dura, precisamente, hará que la resistencia sea mucho mayor y que tengamos libro para toda la vida. En la imagen de cubierta, la sensual Leda, auténtica protagonista de la obra, juguetea con un cisne mitológico que avanza muchas claves de lectura. Que la disfruten.
Adolfo Caparrós Gómez de Mercado