Titulo: La Dama del NiloAutora: Pauline Gedge
Editorial: RBA
Año: 2006
Año de publicación original: 1977
Páginas: 363
Tapa dura
Traducción: Nora Watson
Título original: Child of the morning
ISBN: 8447346382
Sinopsis:
Mil seiscientos años antes que Cleopatra reinó en Egipto Hatshepsut, una mujer extraordinaria no sólo por su inteligencia y su belleza, sino también por ser la primera mujer en la historia que gobernó con plenos derechos en un mundo dominado por los hombres.
Según la tradición secular, los faraones de Egipto sólo podían gobernar si se casaban con una mujer de sangre real que, mediante el matrimonio, le otorgaba al hombre la condición de soberano. Tan arraigada costumbre iba a romperse por primera vez hace treinta y cinco siglos, cuando el faraón reinante dictaminó que su hija Hatshepsut, de quince años, fuera consagrada primera mujer faraón de la historia de Egipto.
Hábil en la administración, audaz en la guerra y, sobre todo, entregada a su tierra y a su pueblo, la “Dama del Nilo” supo defenderse de los celos y la insidia de sus enemigos y mantener el poder del Imperio en el apogeo de su gloria.
Siento cierta fijación por el siglo XX, una época de rápidos avances tecnológicos y sociales, marcada por dos guerras de gran calibre que afectaron a países de todos los continentes. Eso, sumado a una mayor proximidad temporal, hace que la mayoría de novelas históricas que he leído se centren en ese periodo. Una de mis asignaturas pendientes es diversificar mis lecturas de novela histórica, no solo a nivel temporal, sino también espacial.

Cuanto más nos alejamos en el tiempo, menos información poseen los historiadores y menos fidedigna es la que tenemos a mano. Además, la novela es de finales de los setenta, por lo que la autora se documentó en base a lo que se sabía hasta el momento. Tras la lectura, he investigado la vida de Hatshepsut (no fuera a ser que me colaran otro Braveheart) y la novela no se aleja demasiado de la realidad. Es cierto que hay muchas cosas que se desconocen, como las circunstancias de la muerte de Hatshepsut (la novela intenta ser biográfica, por supuesto que muere al final) o las relaciones entre personajes, pero en esos casos sí que acepto la especulación. Solo he notado dos imprecisiones históricas poco importantes (quizás otros hayan notado alguna más, como el blog Ni cuentos ni mentiras) y no sé hasta que punto son conscientes, para que la historia funcionara mejor: Hatshepsut solo tuvo una hija, no dos (me parece que esto se descubrió recientemente) y el arquitecto Ineni, uno de sus principales valedores en la novela, en realidad era un acérrimo detractor.



Por supuesto, no esperéis una obra con giros ni tensión; la trama no es importante, ni mucho menos. Es inevitable que haya momentos aburridos en los que se describen rituales o lugares (como los templos que visitan, el palacio en el que residen o las tierras de Egipto), porque es necesario para configurar el mundo. Algunas partes en las que no había trama ni avanzaban los personajes se me han hecho un poco cuesta arriba, pero al desconocer tantos detalles culturales de Egipto, he seguido interesada.
Mis conocimientos del Antiguo Egipto son mínimos, por lo que esta obra me ha servido para conocer superficialmente la época, en especial, la vida en palacio. La visión que ofrece la novela sobre Egipto es muy reducida: los secundarios pertenecen todos a la aristocracia o enseguida empiezan a formar parte de ella y la relación de Hatshepsut con el pueblo llano es prácticamente nula. Esta ceguera respecto al pueblo es un problema, porque después de ver la admiración que despierta Hatshepsut entre los que la rodea, cuando te dicen que ni el ejército ni la población respaldarán a un faraón mujer, quedas desconcertado. Por otra parte, mostrar otros estratos sociales, obligaría a alargar la novela y añadir mucha paja; es preferible centrarse en una clase social y estudiarla en profundidad.


La figura central de la obra es Hatshepsut, quien empieza siendo una niña cabezota y despreocupada, que irá madurando a medida que amasa poder. Me sorprendió que la novela dedicara tantas páginas a su época de juventud, pero eso se debe a que una vez se ha asentado en el trono, los días (que no los años) se suceden sin muchos sobresaltos. Pese a algunos comportamientos más infantiles, ya desde pequeña tiene una actitud bastante adulta, pero eso es lógico teniendo en cuenta el ambiente formal en el que se ha criado. Lo único que me ha desconcertado de su juventud es que, pese al apoyo de su padre para sucederle en el trono y que la narración incide en sus habilidades administrativas, en ningún momento vemos su aprendizaje ni tratando con la burocracia.



En cuanto al tono, el lenguaje es adecuado con la época y la formalidad con la que hablan los personajes, sin que en ningún momento resulte pedante o excesivamente intrincado. Eso sí, la edición de RBA es un desastre y no se la recomiendo a nadie. Para empezar, los pensamientos de los personajes no están marcados en cursiva, cosa que me desorientó bastante. En segundo lugar, aunque la novela está bien escrita y traducida, está plagada de errores ortográficos sencillos (se han girado dos letras o falta alguna), de esos que detecta el autocorrector de Word: 92 errores ortográficos en 360 páginas, es decir, un error cada 4 páginas. La edición que tengo es de 2006, pero la traducción es de 1990... una época en la que aún no se habían popularizado estas herramientas de corrección. Por lo tanto, lo que debió hacer RBA fue coger la traducción de la época y, sin revisarla, cambiar la cubierta y publicarla. Sé que hay otra edición de la editorial Pàmies, de la misma traductora; espero fervientemente que esta esté corregia, porque aquí la lectura ha sido insoportable.
Quería terminar con una nota positiva y eso ha sido el final. Al ser una novela de corte biográfico, el final es previsible, pero aun así me ha emocionado. Creo que el momento está muy bien construido. Todos los personajes saben cómo va a terminar todo y que no pueden hacer nada por evitarlo. La tensión se palpa en ambiente, porque cualquier día podría ser el último. Hatshepsut se marchita poco a poco y no le queda otra que resignarse al destino, pero lo acepta con gran entereza y dignidad, y eso la honra y engrandece. No podría haber un final mejor para un personaje que se da cuenta demasiado tarde que lo ha sacrificado todo para alcanzar la cúspide del poder.
En conclusión, una novela muy interesante que narra la vida de una mujer fuerte e independiente del Antiguo Egipto, cuya ambición le llevó a ser faraón. La trama es lineal y con pocos giros, pero al ahondar en la aristocracia egipcia de la época quedaremos hechizados por los detalles culturales. Tiene algunas partes un poco densas y con largas descripciones, pero en general el ritmo es bueno. Una novela histórica que no resulta densa y que te atrapará con su protagonista casi divina y los tejemanejes políticos. Eso sí, no recomiendo en absoluto la edición de 2006 de RBA, porque está plagada de errores ortográficos.
Cosas que he aprendido:
- El maquillaje de los egipcios tenía un uso real.
- Cómo lograr que un final previsible sea tenso y emocional.
- Los egipcios llevaban conos de perfume sobre la cabeza en las fiestas.
- Cómo las pugnas por el poder no están reñidas con la honorabilidad.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:





















PUNTUACIÓN..3/5!



Primeras Líneas...

