Páginas: 352
ISBN: 9788466368377
Precio: 8,99 €
Tracy Chevalier
Hablar de una novela de Tracy Chevalier significa hablar de historia, arte y emociones mezcladas con buen gusto y una prosa amena. En concreto, La dama y el unicornio es mi obra favorita de la autora y tuve la oportunidad de saborearla hace algunos años. A continuación os dejo mi reseña para que la conozcáis y (espero) os animéis a darle una oportunidad.La dama y el unicornio
La historia gira alrededor de un pintor y dos familias y tiene la particularidad de que cada capítulo está narrado por un personaje distinto, aunque no por ello se pierde el orden lineal. Este recurso resulta muy práctico porque permite conocer en profundidad los sentimientos de todos ellos sin perder de vista los avances de los demás. Pero empecemos por el principio: ¿de qué va el libro?Para empezar, tiene dos escenarios: París y Bruselas a finales del siglo XV. Todo comienza en la primera ciudad, cuando el pintor Nicolas des Innocents recibe el encargo de diseñar unos tapices para una familia noble. Nicolas es bueno en lo suyo, pero no deja de ser un hombre muy mujeriego y con mucho morro. Es él quien enlaza las dos ciudades y nos proporciona escenas divertidas gracias a esa autoestima tan alta que tiene (en otras palabras, que es un chulo; eso sí, de los que tienen gracia y saben cuándo hay que agachar la cabeza).
La familia que le hace el encargo son los le Viste. Jean le Viste es un hombre de ideas firmes pero bastante pasota con todo, hace años que no tiene relaciones con su mujer y parece que los demás le importan poco. Geneviève, su esposa, no se siente feliz y desea entrar en un convento, aunque su marido no se lo permite porque lo dejaría en muy mala imagen a él. Para desahogar su frustración, Geneviève quiere alejar a su hija mayor, Claude, de los placeres carnales. Por su parte, Claude es una jovencita que se siente atraída por Nicolas, el pintor, desde la primera vez que lo ve y, a pesar de que por pertenecer a clases sociales diferentes no les conviene tener relaciones, esto no supone ningún impedimento para ellos.
En Bruselas reside la familia encargada de tejer los tapices. A diferencia de los le Viste, son gente humilde y tendrán que acoger a Nicolas como a uno más cuando éste los visite para observar cómo siguen sus diseños. George y Christine de la Chapelle son un matrimonio que se sigue queriendo con el paso del tiempo y quieren lo mejor para sus hijos, aunque a veces les será difícil lograrlo. Aliénor es su hija, una joven invidente que vive dedicada a su jardín y se esfuerza día a día por ser útil. Ella y Nicolas se sienten atraídos, pero en medio está el tintorero, un hombre que huele muy mal (y Aliénor todavía lo percibe de forma más intensa) pero el único que está dispuesto a casarse con ella.
En el libro destacan las historias de amor/pasión de Nicolas con las dos chicas, en las que también influye la familia de cada una y por supuesto todo el proceso de creación de los maravillosos tapices, un tema de lo más interesante. Al final del libro se incluyen imágenes de los seis tapices, de modo que me fue muy fácil echarles un vistazo cada vez que se nombraban para comprobar aquellos detalles que van cambiando a medida que avanza la historia. Ha sido muy entretenido y al final he acabado recordando de memoria cada tapiz.
Los seis tapices
Ante todo, hay que aclarar que los seis tapices existen bajo el nombre de La dama y el unicornio. No obstante, en la novela se presentan en un contexto ficticio, es decir, no esperéis encontrar la historia real de su confección en estas páginas, aunque eso sí, este argumento inventado os puede resultar útil para acercaros a ellos y aprender a distinguir sus partes.
Los seis tapices de la novela representan el proceso de seducción de un unicornio por parte de la dama y se inspiran en los cinco sentidos. Explicado así puede sonar poco interesante, pero en la novela los personajes van hablando de ellos de forma muy amena y nos permiten descubrir el significado de algunos elementos que contienen. Son estos seis:
- À Mon Seul Désir
Es el primer tapiz y lleva este nombre, Mi único deseo, porque Claude se lo propuso a Nicolas (se trata de una frase con mucho sentido dentro de la novela). En él aparece una dama saliendo de una tienda y dispuesta a engalanarse con sus joyas para conquistar al unicornio, que por el momento ni siquiera la mira. El rostro de la dama es el de Geneviève.
- El OídoEn este tapiz, la dama aparece tocando el arpa, para ser capaz de llegar al animal mediante la música.
- El Gusto
A medida que avanza la historia de los tapices, podemos observar que la posición del unicornio en ellos va variando y cada vez se acerca más a la dama. En esta escena, la dama (que tiene el rostro de Claude) da de comer a un pajarillo.
- El OlfatoLa dama cada vez está más segura de su éxito y aquí está haciendo una corona de flores.
- La Vista
En este tapiz, el unicornio ya descansa sobre el regazo de la dama, mientras se mira en un espejo. El pintor le puso la cara de Aliénor, la joven ciega, algo que sentó mal a algunos porque les parecía una ofensa hacia ella.
- El TactoFinalmente, triunfa el amor y la dama toca el cuerno del unicornio. Ya están juntos,y el resto de animales que los rodeaban se encuentran atados: no son libres. La dama representada es Christine, en una situación concreta que se da en la novela.
Los tapices tienen la peculiaridad, además, de poder leerse al revés, como la historia de una dama que decide abandonar la vida carnal y entregarse a la fe (por eso mismo en el primer tapiz no queda claro si la dama se está poniendo o quitando las joyas). Es un tema que tiene relación con uno de los personajes de la novela.
Mis impresiones: arte, pasión, unicornios y amor
Empezaré mi análisis comentando lo que me ha parecido más original del libro: el hecho de que cada capítulo tenga un narrador distinto. Esto nos permite conocer mejor los sentimientos de cada personaje, una característica más difícil de encontrar cuando el libro está narrado en primera persona por el protagonista. La mayoría de personajes me han gustado, pero si tengo que destacar a algunos, estos son sin duda Nicolas, Aliénor y las dos madres, Geneviève y Christine.Nicolas porque es lo más parecido a un protagonista y por lo tanto tiene más cosas que contarnos; al fin y al cabo, es el enlace entre París y Bruselas, el autor de los tapices y alguien que aporta mucho sentido del humor al libro. Aliénor, por su parte, me ha conquistado porque a la hora de narrar no describe las imágenes (lógico, es ciega), sino que se para en las demás sensaciones: el aroma, el tacto, la forma de las flores, el ruido que hacen otras personas… Creo que su personaje está bastante logrado y me ha caído muy bien por esas ganas de resultar útil y valerse por sí misma que tiene en todo momento. En cuanto a las dos madres, me parece que están mucho mejor caracterizadas que sus respectivos maridos y, pese al gran contraste entre ellas dos, tienen en común el tema de casar a la hija mayor, la preocupación por lo que pueda hacer Nicolas y la elaboración de los tapices.
Hay un aspecto un poco más flojo: todos los personajes son diferentes (un artista, una chica ciega, una familia humilde, una rica…) y nos cuentan la misma historia desde las peculiaridades de cada uno, pero todos ellos se expresan igual. Aquí la autora no se ha esforzado mucho, me parece poco creíble que ricos, pobres y artistas hablen del mismo modo. De todas formas, al igual que hay obras con personajes muy bien hechos pero poca trama, para mí este libro destaca por su historia más que por sus personajes, y me gusta tal y como es.
Las historias que cuenta son bonitas, aunque tienen su parte dura: en París, Claude, Nicolas y la madre de ella que no los quiere juntos; en Bruselas, Aliénor, Nicolas, el tintorero y los padres de la chica preocupados porque no les gusta tener que casarla con ese hombre; en todo momento, los tapices. La mezcla de estos temas con los tapices me parece bastante original, sobre todo si tenemos en cuenta los símbolos que representan las damas y los unicornios. El hecho de que se vayan alternando los diferentes temas hace que ninguna historia se haga pesada. Personalmente, la historia de Aliénor me ha parecido previsible, pero aun así merece la pena leerla por el desarrollo que tiene. La historia de Claude es más abierta y su final me ha gustado.
En algunos sitios he leído que lo calificaban como una novela romántica porque el hilo argumental empieza con la relación de Nicolas y Claude. Me indigna bastante que la gente califique los libros tan a ligera y me encantaría saber qué dirían estas personas si leyeran a Victoria Holt o a Johanna Lindsey, por ejemplo, porque decir que Chevalier escribe novela romántica tiene delito. Es cierto que el tema amoroso tiene un papel más destacado que en otras novelas históricas, pero el conjunto del libro no es tan simple como las novelas románticas de "chico y chica se enamoran y después de muchas dificultades acaban juntos". Espero que nadie se aleje de este libro por ese tipo de comentarios, porque os aseguro que no tiene nada que ver con una novelita rosa y merece la pena leerlo.
Otro tema que aparece de fondo y resulta muy interesante es el contraste entre las dos familias: la aristócrata y la trabajadora. El matrimonio le Viste está roto, se mantienen juntos solamente para guardar las formas delante de la sociedad, pero entre ellos dos apenas hay relación y sólo se comunican para cosas muy puntuales. En cambio, los de la Chapelle, a pesar de no vivir rodeados de lujos y tener que trabajar muchas horas al día, se quieren y se mantienen unidos a la hora de tomar decisiones sobre el futuro de los hijos y el negocio. La autora plasma perfectamente la forma de vivir de cada una y eso enriquece la novela.
Aun así, si hay algo que hace que el libro tenga un aura especial, son sin duda los tapices. Cuando leí la sinopsis del libro pensé que me interesarían menos que el cuadro de La joven de la perla, pero no ha sido así. La autora sabe intercalar cada tapiz en un momento determinado de la historia, los cambios que les hace Nicolas con el tiempo tienen un significado, todo está pensado para que las imágenes se relacionen con lo que se cuenta en la novela. Son tapices que han existido en la realidad y me ha gustado poder descubrirlos gracias a este libro.
En lo que respecta a la narración, el libro tiene una prosa muy amena, entretenida y fácil de leer. Hay bastante diálogo y los párrafos son cortos. Me enganchó de principio a fin y, aunque me dio mucha pena terminarlo, tiene las páginas justas y necesarias.
Conclusión
El libro me ha gustado mucho, es mi favorito de la autora. Su historia me parece preciosa, me gusta el contraste que hay entre las familias y los tapices dan un toque muy especial. Además, el hecho de que cada capítulo esté narrado por un personaje diferente le da un toque distinto a lo que se publica normalmente. Si habéis leído La joven de la perla (mucho más famoso) y os gustó, este no os lo podéis perder porque a mí me ha parecido incluso mejor. En definitiva, he disfrutado mucho con esta lectura, así que espero haber plasmado bien todo el entusiasmo que me ha producido. Ahora sólo falta que os animéis a leerlo.Mi valoración: 9/10