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La danza de la muerte. El baile de San Vito

Por Exprimehistorias
La danza de la muerte fue un fenómeno que se originó entre los siglos XIV y XVII. El baile de san vito producido por la corea de Huntington o la corea de Sydenham, o Baile de San Juan fueron otras de sus causas. hablamos también de la procesión de los danzantes de Echternach. Ver el cornezuelo

El baile de San Vito

La danza de la muerte. El baile de San Vito

San Vito fue un mártir siciliano del siglo IV, y patrón de los bailarines. A San Vito se lo invocaba sobre todo para conjurar la corea, o baile de San Vito, el letargo, la mordida de animales venenosos y la hidrofobia.

A este mártir que siendo un niño fue torturado en aceite hirviendo se le invocaba en la Edad Media contra la epilepsia

La leyenda de San Vito

Vito, siciliano de nacimiento, a los siete años es ya un cristiano convencido y comienza a hacer muchos milagros. El gobernador Valeriano manda arrestarlo y trata de hacerlo apostatar con promesas de premios y con amenazas de castigo.

Pero de nada sirven ni siquiera los apasionados reclamos de su padre, que era un pagano terrible.

En efecto, el pequeño Vito tenía a su lado, ejemplo de valentía y fidelidad, a su propio maestro Modesto y a su nodriza Crescencia. Los tres fueron prodigiosamente liberados por un ángel, y se retiraron a Lucania, en donde siguieron dando testimonio de su fe con la palabra y con los prodigios.

La fama de San Vito llegó a oídos de Diocleciano, cuyo hijo era epiléptico, enfermedad que en ese tiempo era impresionante.

La leyenda cuenta que en tiempos del emperador Diocleciano en Roma,  Vito apenas tenía siete años (doce en otras versiones) cuando murió mártir en el año 303.

Hijo, según algunos, de un rico de Sicilia llamado Hylas, y según otros, de un senador romano de Lucania, Vito fue torturado junto a su nodriza Crescencia y a su tutor Modesto, ambos cristianos, por no renegar de su fe.

El castigo impuesto por el emperador, después de que hubiera curado a su hijo de la epilepsia que sufría, fue morir en un caldero con aceite hirviendo.

Pero, en lugar de gritar y agonizar, Vito empezó a bailar dentro de la olla, contagiando sus movimientos espasmódicos a toda la corte, como explica Miguel Fernández Garmón en su libro Con la cruz y los faroles (Origen y picaresca del dicho religioso).

Otros investigadores consideran que la danza del joven Vito fue la consecuencia de la misma cura del hijo de Diocleciano, quedando los movimientos epilépticos del infante dentro del cuerpo del mártir.

Aunque otros indican que pudo deberse a los grandes convulsiones que le produjo la propia ejecución.

Otra historia cuenta:

Que ni los halagos, ni las amenazas, ni aun los sufrimientos físicos, doblegaron la constancia de Vito. A impulsos de una inspiración divina, escapó de su casa y de Sicilia, junto con su tutor Modesto y su sierva Crescencia.

Un ángel llevó con bien la frágil embarcación en que huyeron hasta las costas de Lucania; ahí permanecieron durante algún tiempo, ocupados en predicar el Evangelio a las gentes del lugar y sostenidos por el alimento que, a diario, les traía un águila.

Después caminaron hasta Roma, donde san Vito curó al hijo del emperador Diocleciano, al lanzar fuera, en nombre de Cristo, los malignos espíritus que le poseían; pero en vista de que Vito y sus compañeros se negaron rotundamente a ofrecer sacrificios a los dioses, las gentes atribuyeron sus poderes sobrenaturales a la magia, a pesar de las protestas de los cristianos, quienes aseguraban que les venían del único Dios verdadero.

La muchedumbre pidió que Vito fuese sumergido en un caldero con plomo derretido, alquitrán y resinas, del que salió tan ileso como si hubiese tomado un baño de agua fresca. Entonces metieron al joven a la jaula de un león hambriento que no hizo más que lamerle mansamente los pies.

Decididos a terminar con Vito, los verdugos le ataron al potro de hierro, lo mismo que a Modesto y Crescencia; tiraron de sus miembros hasta descoyuntarlos y se disponían a darles muerte con la espada, cuando se desencadenó una tempestad furiosa que destruyó muchos templos de ídolos y acabó con la vida de multitud de paganos.

En medio de la tormenta bajó del cielo un ángel que cortó las ligaduras que ataban a los tres mártires al potro. El mismo espíritu celestial los sacó de Roma y los condujo a Lucania, donde murieron los tres tranquilamente, agotados por sus sufrimientos.

En 775, se llevaron a París las supuestas reliquias de san Vito, y de ahí se trasladaron a Corvey, en Sajonia, en 836. Desde entonces se extendió tanto la veneración por este santo en Alemania.

Su cuerpo se conserva en la Iglesia Colegiata de Omegna. Guardado en una urna, es sacado en una procesión solemne el último sábado de agosto. Es representado con el símbolo de la palma, común a todos los que han sufrido martirio. La catedral de Praga está dedicada a este santo.

Patrono de Sicilia y de muchos pueblos, ciudades y diócesis de Europa, no sólo en Italia; de los jóvenes, los epilépticos, los sordos y los mudos; de los trabajadores de restaurantes, toneleros, cerveceros, farmacéuticos, mineros, herreros, soldados, actores; para pedir por la castidad, la infertilidad, la incontinencia urinaria, la ansiedad, convulsiones, histeria, la epilepsia y la rabia,”baile de san Vito”, la mordedura de serpiente, por los rayos, truenos e incendios, por la buena semilla y la buena cosecha, por las mascotas.

Paracelso

El médico y alquimista Paracelso (1493-1541), escribió sobre el arte de la medicina  y hace referencia a las «danzas patológicas», da esta explicación del origen de la epidemia de 1518:

«Existía en cierta ocasión una mujer llamada Trofea (Die Frau Troffea) de tan singular carácter, tal orgullo y tan empecinada obstinación en contra de su marido que cada vez que éste le ordenaba cualquier cosa o la importunaba de cualquier manera comenzaba a bailar, achacando que estaba impelida de una fuerza sobrenatural.

Gestos y actitudes, saltos, gritos, contorsiones y cantinelas asustaban al marido, que inmediatamente la dejaba en paz. Y como tal estratagema no fallaba nunca, fue adoptada por otras mujeres, siempre con el mismo éxito.

Entonces el fervor popular achacó tan estupendos resultados a San Vito, pero parece que un día el Santo se enfadó y todas acabaron bailando a la fuerza».

Hay dos enfermedades que pueden ocasionar “el Baile de San Vito”:

1. La enfermedad de Huntington también conocida como corea de Huntington, es una grave y rara enfermedad neurológica, hereditaria y degenerativa. La EH se llama así en honor de George Huntington, un médico americano que describió la enfermedad en 1872. Fue la primera persona que identificó su carácter hereditario.

El rasgo más asociado a la enfermedad es el movimiento exagerado de las extremidades y la aparición de muecas repentinas. Además, se hace progresivamente difícil el hablar y recordar.

En las etapas finales de la enfermedad, la duración de los movimientos se alarga, manteniendo los miembros en posiciones complicadas y dolorosas durante un tiempo que puede prolongarse hasta horas.

Es un desorden progresivo del cerebro, que causa a largo plazo movimientos involuntarios, problemas emocionales e incapacidad para pensar correctamente. Suele aparecer en los adultos, entre los 30 y 40 años.

Las personas suelen vivir entre 15 y 20 años luego de los primeros síntomas, aunque el Huntington juvenil –no tan común– suele tener un empeoramiento más rápido y la esperanza de vida es menor.

La población más grande conocida con la Enfermedad de Huntington se encuentra en la región de la Costa Occidental del Lago de MaracaiboEstado Zulia, Venezuela, y se estima que llegó allí a principios del siglo XIX.

Actualmente esta enfermedad solo afecta a un millar de personas en todo el mundo, pero durante la Edad Media estaba bastante más extendida. A aquellos que la padecían se les acusaba de estar poseídos y eran mandados a la hoguera para ser quemados.

De ahí que la gente se encomendase a San Vito, frecuentemente venerado como salvador y auxiliador de enfermedades raras, para que curara al enfermo de dicha posesión. El desconocimiento científico hacía que muchas enfermedades relativamente comunes se viesen como posesiones extrañas lo que hacía que, en aquella época, San Vito fuese un santo muy popular.

2. La corea de Sydenham —también conocida como “corea menor“, “mal de San Vito” o “baile de San Vito“, chorea sancti viti, “corea aguda” o “corea reumática“— es una enfermedad infecciosa del sistema nervioso central, debida a una fiebre reumática posterior a una faringoamigdalitis producida por la bacteria Streptococcus pyogenes.

Algunos casos raros pueden estar asociados con el embarazo, y en este caso se denominan “corea gravídica” o chorea gravidarum.

En 1686, Thomas Sydenham utilizó el término chorea sancti viti (que había utilizado Paracelso cien años atrás) para describir una enfermedad que tenía poco que ver con las epidemias de manías danzantes de las que hemos hablado aquí. Esta enfermedad afectaba únicamente a los niños, a los que provocaba que no pudiesen dejar de “danzar”. Sydenham escribe:

“Hay un tipo de convulsión, que ataca niños y niñas a partir de su décimo año y hasta la pubertad. Se manifiesta mediante una cojera inicial o inestabilidad en una pierna, que el paciente arrastra. Las manos no pueden parar un momento. Pasan de una posición a otra con un movimiento convulsivo, por mucho que el paciente intente detenerse”

La aparición de corea se previene con un tratamiento adecuado con antibióticos y buenas condiciones higiénicas.

Claro que antes de la penicilina, los tratamientos incluían las sangrías, las purgas, el antimonio, los shocks eléctricos, y el ejercicio, como para casi todo. Así lo hizo constar en 1872 un médico provinciano del estado de Nueva York en uno de los artículos clásicos más famosos sobre la corea de Sydenham.

Corea, que denomina ambas enfermedades, viene del griego khoreia, que significa baile. Por eso, todas aquellas enfermedades que presentan movimientos involuntarios e irregulares de pies y manos están representados bajo este mismo nombre.

Baile de San Juan

La danza de la muerte. El baile de San Vito

La manía de danzar también fue denominada baile de San Juan, por tanto en muchas localidades alemanas, el día de este santo, se hacían círculos de fuego que eran atravesados por hombres y animales para quedar protegidos contra todos los males, al tiempo que se bailaba y se bebía.

También en Galicia, la noche de San Juan tiene origen incierto y las interpretaciones son infinitas, tomando numerosos nombres y relacionándolo con diferentes culturas.

En la tradición cristiana,  tendría su origen en la gran hoguera que Zacarías encendió después de que naciera su hijo Juan y saltó por encima de las llamas después de recibir el mensaje del Arcángel Gabriel anunciándole su paternidad.

La procesión de los danzantes de Echternach

La danza de la muerte. El baile de San Vito
Desde el siglo XI hasta la actualidad se celebra la procesión de danzantes de Echternach, en el Rhin, cada martes de Pentecostés. Esta reliquia única de las peregrinaciones medievales, fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en al año 2010.

Es una fiesta religiosa cristiana que se celebra en la ciudad medieval de Echternach, la más antigua de Luxemburgo, la procesión con danzas llamada Sprangprëssioun.

Su celebración, certificada por documentos que datan del año 1100, tiene por finalidad rendir culto a San Wilibrordo, el monje fundador de la abadía de Echternach, al que se venera por su labor misionera, sus buenas acciones y sus dones para curar algunas enfermedades.

Aunque la Iglesia se opuso hace años a que se celebrara esta procesión por considerar que tenía elementos paganos, las prohibiciones de que fue objeto no lograron impedir que se extendiera por toda la región y entre todas las clases sociales.

La procesión comienza pronto por la mañana en el patio de la antigua abadía, en presencia de los más altos dignatarios eclesiásticos del país y de otros países. Un ritual transmitido de generación en generación, los cantores entonan letanías y, luego, unos 8.000 bailarines, divididos en 45 grupos, inician sus danzas.

La procesión finaliza con un oficio religioso en la basílica. Laa procesión es un evento religioso muy arraigado en la tradición que se hace mediante las plegarias, los cantos y la  danza.

Ahora la procesión cuenta con el apoyo de las autoridades civiles y religiosas, y su popularidad va en aumento, ya que cada año acuden a ella unos 13.000 participantes procedentes de Luxemburgo y países vecinos. La procesión de Echternach se desarrolla aún hoy con el fondo musical de los antiguos acordes de la abadía de Willibrod.

Desde las primeras plagas del baile la presencia de músicos era constante, porque es posible que la música actuase como desencadenante del episodio de manía danzante. No se conservan estas melodías, pero sí algunas letras de las canciones, con alusiones al movimiento y de carácter muy obsceno y grosero.

La danzomanía fue retratada por Pieter Brueghel, el Viejo (Breda, 1525-Bruselas, 1569), que seguramente presenció los macabros bailes, sobre los que Hondius hizo xilografías en 1642.

Posteriormente Pieter Brueghel, el Joven, pintaría el óleo Los danzantes de San Juan en Molenbbeck. Esta interpretación no sería aceptada por otros, al creer que se trata de epilépticos.

Esto surgió porque el neurólogo Jean-Martin Charcot utilizó el cuadro en sus clases y publicaciones con el título Peregrinos afectados por el baile de San Vito en procesión a la iglesias de San Willibrord, en Epternach, cerca de Luxemburgo, tal como lo había asignado el conservador imperial parisino, Paul Lacroix.

A partir del siglo XV la coreomanía se hizo cada vez menos frecuente. La última vez que tuvo carácter masivo fue en Horst, el año 1623. Aunque en 1634 en Loudun varias monjas fueron “endemoniadas”. Algunas corrían como animales y otras bailaban de forma compulsiva.

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