Revista Salud y Bienestar

La danza del desalmado

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Los bosquimanos son una de las tribus más antiguas del planeta. No comen o beben si hay alguien delante de ellos que no tiene con qué hacer lo mismo. Unos “blancos” les vieron en cierta ocasión atravesar un desierto especialmente seco y en señal de amistad se pasaron toda la mañana cazando para ellos, según cuenta Thom Hartmann en su libro Las últimas horas de la vieja luz del sol. Con el presente en la mano, los bosquimanos emprendieron camino sin agradecer a sus amables y un tanto paternalistas amigos el esfuerzo. Alguno de ellos puso cara de extrañeza y espetó que eran unos desagradecidos pero lo que ocurre es que los bosquimanos piensan en clave colectiva antes que individualista y para ellos no hay razón para que cuando las cosas se hacen como debe de ser, osea bien, haya que agradecerlo.

La danza del desalmadoResulta que sí que dicen “gracias” los bosquimanos. Lo hacen cuando cazan. Cuando matan, cuando quitan la vida a otro ser vivo,  algún animal apetitoso, al que dan muerte para zampáselo, los bosquimanos tanto en el momento de la caza como tras ella bailan una danza por su alma. Sólo matan animales cuando tienen verdadera, clara necesidad, de alimentación.

En cierto modo nosotros también tenemos por absurdo dar las gracias por actos “normales” como pararse cuando el disco marca rojo en un semáforo. Agradecemos cuando existe la opción de hacer las cosas de otro modo, es decir, mal. El sentido del bien y de la importancia de lo colectivo quizá, seguramente, han sido claves para que los bosquimanos sean una de las tribus más antiguas.

Los bosquimanos viven en Botsuana y cuentan con el desprecio de su gobierno, que en reiteradas ocasiones se ha pronunciado de manera racista con ellos; Margaret Nasha, la ex ministra de gobierno local y actual ministra de la oficina del presidente encargada de servicios públicos, dijo en 2002:

“A veces comparo [el problema bosquimano] con los elefantes. En una ocasión tuvimos el mismo problema cuando quisimos matar selectivamente a los elefantes y la gente dijo que no”.

Así que aprende de los bosquimanos: si quieres  trascender no mates elefantes.

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